lunes, 29 de agosto de 2011

Después de la Semana Grande de Bilbao

SALIÓ EL TORO Y SE ACABÓ EL CUENTO
Por Domingo Delgado de la Cámara

Todo el tinglado taurino actual se basa en el medio toro, ese semoviente con el que no se pasa miedo y al que se le cortan las orejas con facilidad. Casi siempre afeitado, casi siempre inválido...Y así pueden torear ochenta, cien corridas o las que les echen. La actual crítica taurina, con su triunfalismo interesado, es esencial en el tinglado, echando incienso constantemente, haciendo pasar lo mediocre por grandioso. Efectivamente, los Navalón, Vidal y compañía fueron nefastos por su constante negativismo. Pero, poco a poco, sin darnos cuenta, hemos vuelto a la crítica grandilocuente y ditirámbica de los peores años de la postguerra.
Causa vergüenza ajena leer tanto halago y tanto parabién ante tanta faena de poco fuste mediocre y ante tanto torerito mediocre. Y no sólo incurren en el halago exagerado las revistas profesionales. También la crítica tenida por seria. Y esto ya es peor. Por eso, la opinión de la crítica oficialista y la del aficionado independiente son totalmente antagónicas. El desprestigio de la crítica taurina actual es total...
Y en estas llegó la feria de Bilbao y, con ella, el toro de Bilbao. Y el tinglado se ha venido al suelo. Además, como toda la feria se televisó en directo, es muy difícil taparlo. Quien ha querido ha podido verlo. Dicen que es mala la televisión...¡es maravillosa! Lleva la fiesta a todas las latitudes y descubre a los toreros de camelo.
El torazo de Bilbao más las cámaras de la tele, hacen de las Corridas Generales una combinación apetitosamente explosiva. Por eso se quita de en medio el mito de Galapagar, y si los demás no lo hacen, es porque no pueden. Salió el toro y se acabó el cuento. Y eso que el público de Bilbao es más ingenuo que Espinete y más triunfalista que Paquito el Chocolatero. Pero la sola presencia del auténtico toro, ha puesto las cosas en su sitio. La inmensa mayoría de los coletudos ha hecho el ridículo. De las orejas cortadas no se fíen. Salvo las dos que cortó Morante, las demás fueron de verbena. Matías se ha vuelto verbenero y dispendioso...
En cuanto los toreros vieron las puntas y el volumen, se descompusieron. El bochorno fue mayor teniendo en cuenta que los toros han salido buenísimos. Pero no es lo mismo pegar pases a la babosa habitual que al toro de Bilbao, por bueno que sea. En cuanto sale el TORO, muy pocos son capaces de estar a la altura.
Empecemos por los consagrados. Morante hizo una de sus faenas geniales e inspiradas. Nos enamoró a todos y su faena fue el acontecimiento de la feria. Ponce no se impuso el primer día a un lote difícil. Y el segundo día dejó escapar dos alcurrecenes de ensueño. Rindió el último bastión que le quedaba. La cosa viene de lejos: el año pasado permitió que el Juli le diera un repaso de campeonato en las Fallas. Después en Sevilla estuvo a punto de que le mandaran al corral un sobrero de Toros de la Plata, al que, en sus buenos tiempos hubiera podido con total suficiencia.
En la Feria de Bilbao de 2010 dio su canto de cisne con los toros del Puerto de San Lorenzo. Fue la última vez que hizo el esfuerzo y triunfó en una plaza de primera. Y este año ha entregado la última bandera. Me daría muchísima pena ver a Ponce arrastrándose en medio del descrédito como han hecho tantos otros. Su gloriosa trayectoria no merece un final amargo. Esperemos que sepa poner punto y final con la grandeza y dignidad que merece el mejor currículum de la historia del toreo.
El Juli cumplió, pero sin la contudencia y brillantez de otras ocasiones. Cometió el error de apuntarse a las dos corridas mas chicas y de peor juego y pagó caro el error. Y de los toreros jóvenes el único que de verdad estuvo bien fue Daniel Luque. Cabeza, clase, valor, personalidad... Lo tiene todo. Su proyección de futuro es inmensa. Si mata bien a los alcurrucenes hubiera salido de Bilbao con tres o cuatro orejas. Viene a mandar. Perera toreó bien con la zurda, pero pinchó, y Talavante cumplió con un lote malo. Y de los demás, mejor no hablar...
Al Cid se le marchó un toro del Pilar que fue de bandera. Dio la sensación de estar en las últimas. Castella tan machacón y pesado como de costumbre. David Mora tuvo la oportunidad de su vida y la desperdició totalmente. Dos tardes con las figuras, todo el mundo a su favor y se le va uno de los mejores toros de la feria. Con ese toreo encimista y codillero, no puede ir muy lejos. Y Manzanares, con dos lotes extraordinarios, evidenció que torea muy bonito al toro pastueño (solamente con la mano derecha), pero cuando le sale un toro encastado y repetidor o con problemillas, mete pico a destajo, se los echa muy afuera y no liga dos pases seguidos. Su toreo es de acompañamiento, no de mando. Y ese va a ser su papel en la fiesta, va a acompañar al o a los que manden. Tiempo al tiempo.
De los toreros del pelotón, sólo cumplió Diego Urdiales ante un Victorino con mucha miga. Lo de Tejela y Bolívar ya huele. otra vez han malgastado toros extraordinarios. Y no se vislumbran buenos toreros de corrida dura.
El protagonismo de la feria de Bilbao lo tuvo el toro. Hubo una corrida horripilante, la de Miura, sumida en un pozo negro de debilidad y descastamiento. Los Jandillas y los Victorianos del Río, mediocres. Pero Fuenteymbro y Victorino lidiaron dos corridas muy interesantes con dos grandes toros en cada una. Y Núñez del Cuvillo, Alcurrucén y El Pilar lidiaron tres corridas completísimas y con un toro bandera en cada una. Un lujo. Y es que en la Fiesta los toreros pasan y las ganaderías permanecen... El problema no es de ganaderías, es de toreros, que no llevan a nadie a las plazas porque no se arriman, y los ditirambos de sus partidarios no se los cree nadie. Las Corridas Generales de Bilbao son la cita más grandiosa de la temporada. La Feria que, gracias al toro-toro, acaba poniendo a cada uno en su sitio. Si Bilbao no existiera habría que inventarlo.
Recién llegado de Bilbao me entero que acaba de fallecer Luis García Campos. Este año ya no expuso en el Hotel Carlton. Estaba muy malito. Lamento muchísimo su muerte. Luis, además de gran amigo y excelente persona, fue el mejor pintor taurino de los últimos sesenta años. Siguiendo la estela de Roberto Domingo, consiguió unos cuadros de un movimiento, una luz y un taurinismo incomparables. Descansa en paz, amigo.

domingo, 28 de agosto de 2011

Última de la Semana Grande de Bilbao: 28 de Agosto de 2011

REBAJAS VISTA ALEGRE
PorDomingo Delgado dela Cámara


Se cumplía ayer el 64 aniversario de la muerte de Manolete. Parece que nadie lo recordaba, y en la plaza de Bilbao no se guardó el preceptivo minuto de silencio tras el paseíllo. Es una pena que se vayan perdiendo las tradiciones y que se olvide a los grandes toreros. Me apenó enormemente el hecho de haber sido yo el único que parecía recordar a Manuel Rodríguez...
La corrida de ayer, última de la feria de Bilbao, era de Victorino. Los Victorinos de ahora no son iguales que los Victorinos de antaño. Son más terciados, menos asaltillados; tienen menos fuerza y son menos fieros. A pesar de ello, Victorino sigue lidiando toros extraordinarios por su bravura y calidad. Ayer salieron dos que, además, cayeron en el mismo lote: el que correspondió a Luis Bolívar. El tercero y el sexto fueron dos toros sensacionales que ofrecían el triunfo en bandeja. Triunfo que Luis Bolívar no fue capaz de alcanzar. La oreja que cortó al tercero fue de regalo.
Durante muchos años Vista Alegre fue la plaza más dura a la hora de conceder trofeos. Pero de un tiempo a esta parte Matías González está que lo tira. Ayer regaló una oreja a Bolívar y otra a Padilla. Y lo más curioso es que apenas había habido petición por parte del público. Las dos peticiones fueron muy minoritarias, pues el público tenía clara la escasa calidad de los trasteos. Pero Matías las concedió. Dos orejas de auténtico sonrojo, sobre todo la de Bolívar.
El tercero, un cárdeno claro muy asaltillado, era un dechado de bravura y calidad. Bolívar solo le dio una serie buena, cuando el toro, llevado de su inercia, embistió con rapidez por el pitón izquierdo. Pero cuando tuvo que templar y llevar al toro despacio, se terminó la faena. Luis Bolívar no tiene valor para esperarlos y llevarlos despacio. Sus muletazos son vertiginosos, y sus faenas carecen de cadencia y templanza. Tras una estocada baja y defectuosa, que hizo morir rápidamente al toro, una petición minoritaria dio paso a una oreja totalmente pueblerina.
Oreja que devolvió con el otro gran toro de la corrida. El sexto de la tarde era un toro negro de muy buenas hechuras y pitones hacia delante, que no se cansaba de embestir con una embestida larga y humillada. Pero Bolívar no fue capaz de bajar la mano y llevar al toro hasta el final. Con la mano derecha mal, porque no embebía al toro ni lo llevaba toreado. Pero con la izquierda peor: jamás fue capaz de quedarse quieto. Y otro feo detalle: después de un pinchazo cogió el verduguillo sin haber dejado ni siquiera media estocada.
A Luis Bolívar se le han dado ya muchas oportunidades que ha malgastado. Es un torero totalmente prescindible. Ya ha demostrado muchas veces que no puede. Se le han ido muchos toros en plazas de la categoría de Madrid o Bilbao... Que no se me obligue a sacar la lista.
Juan José Padilla en primer lugar tuvo un toro de media arrancada, que no humillaba mucho. No se empleó con él. Lo probó en distintos terrenos y se lo quitó de en medio rápidamente. El cuarto le dio dos coladas estando al hilo del pitón y con la muleta retrasada. Pero cuando le ganó la cara y le puso la muleta por delante, vio que, sin tener gran clase, el toro se tragaba todos los muletazos. Faena animosa de no mucha calidad. Después de una estocada correcta, una oreja. Oreja que se comprendería en una plaza de segunda, pero no en una plaza como Bilbao.
A quien le tocó esta vez bailar con la más fea fue a Diego Urdiales. En primer lugar se topó con un toro muy listo y muy avisado, que no pasaba nunca y siempre sabía donde estaba el cuerpo del torero. Hizo lo único que se podía hacer: quitárselo de encima.
Con el quinto Urdiales estuvo francamente bien, a pesar de que el toro no era fácil. Era muy parado y se lo pensaba mucho a la hora de embestir; había que arrancarle las embestidas. Urdiales se puso muy cerca, se cruzó mucho, presentó la muleta con exactitud, dio los toques precisos, y fue capaz de robar muchos muletazos de buena factura. El cenit de la faena fue una serie de derechazos con temple y ligazón, donde en definitiva hubo buen toreo.
En este quinto sí que había una oreja merecida, pero se malbarató porque Urdiales no anduvo fino con el estoque: marró en el primer intento, donde casi fue cogido; pinchó luego y, por fin, se deshizo del toro. Fue una lástima, porque tenía una oreja bien cortada.
Otros dos toros de categoría que añadir a la abultada lista de grandes toros de esta feria de Bilbao. A los de Fuente Ymbro, los de Núñez del Cuvillo, los de Alcurrucén y los del Pilar, hay que añadir los Victorinos tercero y sexto de ayer. Esta feria ha evidenciado que la cabaña brava está en buen momento, pero ha demostrado a la vez que el escalafón de los toreros está en horas bajas. Al margen de la genialidad de Morante, el único que me ha gustado de verdad ha sido Daniel Luque. Para los demás escasa calificación. Esta vez han ganado los toros por goleada.
Por último, los aficionados del Tendido Siete de Bilbao, celosos defensores de la suerte de varas, hemos decidido otorgar el Premio al mejor puyazo de esta feria a Ismael Alcón, por lo bien que picó al tercer Victorino de ayer.

sábado, 27 de agosto de 2011

Semana Grande de Bilbao: 27 de Agosto de 2011

OTRA GRAN CORRIDA DE TOROS
Por Domingo Delgado de la Cámara



¡Ay, Matías González! ¡Quién te ha visto y quien te ve! Antes no dabas permiso a la Banda para tocar ni aunque te mataran; ahora esto parece una verbena. Antes negabas orejas legítimamente conseguidas y pedidas por toda la plaza; ahora las regalas con peticiones minoritarias. La oreja concedida ayer al Cid fue de plaza de tercera. El Cid malgastó otro toro extraordinario: el número 100, de nombre “Guajiro”, negro listón chorreao, de 562 kilos y de la ganadería del Pilar. Un toro de vuelta al ruedo. También habían merecido la vuelta al ruedo, aunque nadie la pidió, el segundo de Núñez del Cuvillo y el quinto de Alcurrucén. ¡Vaya feria de toros bravos que estamos viendo!
Este “Guajiro”, lidiado ayer en primer lugar, fue un toro excepcional, el toro estrella. También el resto de la corrida fue importante. A pesar de que muchos toros eran cinqueños y a pesar de lo enormes que eran, fueron bravos en el caballo y embistieron muchísimo a las muletas. Una lástima la poca fuerza de alguno. Con un poco más de fuerza la corrida hubiera sido de escándalo. Pero fue tal la bravura y la calidad de la mayoría de los toros, que los tres toreros deberían haber salido en hombros por haberlos cortado un montón de orejas.
No se cortó ese montón de orejas porque el toro de verdad, con volumen y las puntas intactas, impone mucho. No es el medio toro que se lidia todos los días por esas plazas. Es el toro de verdad y jugársela con él, da mucho miedo. Cuando los toros embisten y repiten, hay que ser muy buen torero para poder estar a la altura. Lo decía Juan Belmonte un día de juerga: “Cuando los toros embisten, todos nos hablamos de tú y hasta de tururú”.
El Cid se encontró con este extraordinario “Guajiro” y dejó una mala imagen. Por la mano izquierda siempre se vio desbordado por el toro, incapaz de quedarse quieto. Y con la derecha mucha rapidez, muchos tropezones, muchos enganchones. Muy por debajo de un toro excepcional, pronto, alegre y repetidor. La oreja, ya lo decía, tuvo tintes surrealistas.
Y el cuarto, segundo del Cid, fue también muy buen toro. Sin la potencia del primero, pero con una embestida franca y templada. Algo mejor estuvo el Cid con este toro, porque su bravura no era tan pegajosa y dejaba colocarse. Estuvo algo más reposado y asentado, y, aunque más quieto, las series fueron breves y rápidas. Estuvo por debajo de otro gran toro. ¡Menudo lote el del Cid ayer en Bilbao!
Se lidió en tercer lugar un sobrero de 683 kilos, toda una mole. Y, era tal su inercia, que derribó al equino las dos veces que fue al caballo. Y en banderillas puso en apuros a Curro Javier que, con torería, fue capaz de aguantar el tirón y clavar dos expuestos y aplaudidos pares de banderillas.
En la muleta duró muy poco. Solo tres series sobre la mano derecha. José Mari Manzanares supo muy bien darle esas tres series. Se acopló con el toro desde el principio y fluyeron esas series llenas de empaque, cadencia y ligazón. Lo toreó muy bien en el inicio de la faena, pero al echarse la muleta a la mano izquierda, se vio que por ese pitón el toro no embestía absolutamente nada. Cuando volvió a la mano derecha, el toro ya se negó a embestir. El inicio de faena, pues, fue excelente. Si no tuvo continuidad fue porque el toro se rajó. Fue breve, pero fue muy bueno, y la media estocada recibiendo en los medios, también es digna de recuerdo.
En el sexto no estuvo tan bien José Mari Manzanares. Era un toro bueno, con el defecto de la sosería y el exceso de dulzura. Pero embestía muy templado y muy largo. Un toro para torear con cadencia y paladear el toreo. Con la izquierda dio los muletazos de uno en uno, sin ligar dos seguidos. Y con la derecha toreó con empaque, pero despegado, metiendo el pico y desplazando al toro excesivamente. Y no lo mató con su habitual contundencia. Por debajo de un toro muy dulce, con el que creo que podría haber estado mucho mejor. A Manzanares no se le dan bien los toros repetidores y encastados, pero con toros así alguna vez ha conseguido auténticas cumbres estéticas.
Sebastián Castella no estuvo muy lucido. Su primero fue un toro noble, y de embestida muy suave y dulce, pero con poca fuerza. Castella estuvo muy encimista. Debería haberle dado alegría dejándole sitio y ayudando al toro. Pero lo atacó mucho y los muletazos, aunque limpios, fueron mecánicos, con esa falta de sentimiento e inspiración característica en él. Pero, eso sí: lo mató de un soberbio volapié. Seguramente la mejor estocada de la feria. Pero a su otro toro lo mató fatal. Ayer Castella dio la mejor estocada de la feria al segundo de la tarde, y los dos más horribles sablazos al quinto.
Este quinto toro fue el que menos me gustó del festejo. Cuando iba metido en la muleta embestía bien, pero era muy parado y había que insistir mucho para que iniciase la arrancada. Castella estuvo voluntarioso, pero la faena fue muy larga y acabó poniéndose pesado y machacón. Y para matar, los dos horribles sablazos que acabo de decir. La corrida mereció mucho más de lo que se le dio. Era otra corrida de excepción.
Esta Feria de Bilbao del año 2011 se va a recordar por tres hechos: por la cantidad de toros bravos de verdad que han salido; porque Morante de la Puebla entró por fin en Bilbao, y porque Enrique Ponce rindió su último bastión tras veinte años de glorioso reinado: ahí queda en la Historia su extraordinario paso por Bilbao que nadie, seguramente, volverá a repetir.

viernes, 26 de agosto de 2011

Semana Grande de Bilbao: 26 de Agosto de 2011

DANIEL LUQUE VIENE A MANDAR
por Domingo Delgado de la Cámara


Daniel Luque tiene ambición. Tiene una cabeza muy despierta. Tiene valor y, además, tiene clase. Ninguno de los toreros jóvenes reúne tantas cualidades como él, de manera que en los próximos años el nombre de Daniel Luque va a ser imprescindible. Ayer en Vista Alegre dio una lección de clarividencia y de toreo, a pesar de que, de la gran corrida de Alcurrucén, no le tocaron los mejores toros precisamente. Le correspondieron dos toros que embestían con la cabeza alta y con mucho genio, pero fue capaz de imponerse a la adversidad y cuajar dos estupendas faenas.
En alguna otra ocasión he dicho que Daniel Luque es el injerto perfecto entre Paco Camino y Paco Ojeda. Tiene la inteligencia y el concepto clásico del primero, y pisa la distancia corta con la misma osadía que el segundo, aunque ayer no necesitó de arrimones para convencer. Fue tal el despliegue de torería que derrochó, que convenció a todo el mundo de sus grandes cualidades.
No se le pudo ver en uno de sus fuertes, el capote, porque su lote no se dejó torear en el primer tercio. Pero ahí quedó el derroche de torería con la muleta. El éxito podría haber sido de hasta tres orejas, pero lamentablemente falló con el acero. Matar es su asignatura pendiente que debe resolver con urgencia. Un triunfo como el de ayer no debe irse por el sumidero por culpa de la espada. Pero la impresión que ha dejado es excelente. Torea al toro bueno con tanta clase como el mejor, y es capaz de inventarse faenas inverosímiles con el toro malo. No necesita sufrir ni hacer esfuerzos para triunfar con toda clase de toros.
Daniel Luque es el futuro. La carrera de un torero consiste en vencer toda una larga serie de obstáculos y adversidades, pero muy mal se le tienen que poner las cosas para que este muchacho no llegue a ser un torero importante. Sus condiciones son de excepción.
Su primer Alcurrucén, un toro manso que no se dejó torear con el capote, en la muleta pareció hasta bueno porque lo toreó con tal temple y tal suavidad, que lo acabó desengañando. Toreo sobre las dos manos de perfecta factura y extraordinaria ligazón. El toreo de adorno fue también muy bueno: maneja muy bien todo lo accesorio, los trincherazos, las trincherillas, los cambios de mano...
El sexto fue más manso y más violento que el tercero, y también sacó una faena de donde no había nada. Era muy difícil torear con limpieza a un toro que se defendía constantemente y pasaba con la cara arriba.
Fue una pena que a Luque no le tocara alguno de los grandes toros de la corrida de Alcurrucén. Hay que alabar la excelente presentación de los astados, solo bajaba el segundo de la tarde. Y habían dejado como sobrero un toro colorao de la misma ganadería de imponente trapío. Habría que revisar el procedimiento de designación de sobreros. Las cuadrillas dejan como sobrero al toro más serio de la corrida, precisamente al que los aficionados tendrían más interés en ver. Debería ser la empresa la que designe los seis toros que han de lidiarse, que han de ser los más serios. Y lo lógico sería que el sobrero fuera el toro peor presentado, por eso es el sobrero.
La corrida de Alcurrucén fue desigual. Hubo toros como el segundo, el tercero y el sexto que mansearon en el primer tercio y que sacaron su genio en la muleta. Pero el primero, el cuarto y el quinto fueron excelentes, toros bravos y de una calidad excepcional en el último tercio. Sobre todo el quinto, número 243, de nombre “Sucesor”, de 550 kilos y de pelo negro chorreao.
Viendo el juego y las hechuras de los toros, no cabe duda de que es la línea Rincón del encaste Núñez la que funciona. Los tres que de verdad embistieron tenían unas hechuras totalmente Rincón. Los que se defendieron y mansearon tiraban más a Villamarta, especialmente tercero y sexto.
Enrique Ponce tuvo un lote de ensueño. En sus buenos tiempos hubiera logrado dos faenas inolvidables, con tres o cuatro orejas, y el triunfo hubiera sido recordado durante años. Pero el tiempo pasa para todo el mundo, incluso para Enrique Ponce. En las dos faenas apenas hubo toreo con la mano izquierda, aunque el viento lo molestó en los dos trasteos, pero Ponce ya no lo ve claro ni se confía con la izquierda.
Su primera faena la resolvió con dos buenas series con la derecha. Si no cortó ningún trofeo fue porque lo pinchó. Y su segunda faena la resolvió con los cambios de mano, los molinetes y las poncinas..., toreo accesorio que, por cierto le salió bordado: Ponce domina como nadie el toreo accesorio. Después de una estocada muy baja y muy trasera, le cortó una oreja. Oreja propiciada por el gran cariño que el público de Bilbao le profesa. Hizo bien Matías al negar el segundo trofeo, que hubiera sido excesivo.
El premio gordo de la corrida le cayó a David Mora, el quinto de la tarde. Pero antes se había topado con un toro de Alcurrucén que no humilló nunca, embistiendo con la cara por arriba y sin convencimiento. Le hizo Mora una correcta faena, con muletazos fluidos y limpios. Tras una estocada muy trasera y con una petición muy minoritaria, sorprendentemente cortó una oreja. Durante años hemos visto a Matías González negar orejas pedidas por toda la plaza con auténtico frenesí, pero ayer concedió una oreja de poco peso que casi nadie había pedido. La faena estuvo en los límites de lo correcto, pero para una oreja se requieren más argumentos y, además, la estocada fue muy trasera.
Y salió el quinto, el gran toro de Alcurrucén. David Mora es un hombre con suerte en los sorteos. Con lo que le ha salido este año en Madrid y en Bilbao, podría haberse consolidado como figura. Pero no ha sido así. ¿Por qué? Tiene valor, le sobra entusiasmo y tiene empaque. Pero su técnica es muy precaria, lo que hace que los triunfos se le escapen. En este quinto de ayer, de embestida sensacional por alegre, templada y repetidora, afloraron todas las carencias de David Mora: se puso muy en corto, se metió en la oreja y no corrió la mano. Es un torero muy codillero, con muletazo corto, con el brazo pegado al cuerpo, por lo que los toros se le van sin torear. Y este se le fue. Un toro que sin duda competirá como toro de premio en las Corridas Generales de Bilbao, que con la corrida de Alcurrucén (¡enhorabuena Hermanos Lozano!) ha recuperado su esplendor como Catedral del Toro de verdad.

jueves, 25 de agosto de 2011

Semana Grande de Bilbao: 25 de Agosto de 2011

BILBAO, FERIA DE NOVILLADAS
Por Domingo Delgado de la Cámara

Ayer se encontraba en el callejón de la plaza de Bilbao Santiago Martín El Viti, gloria de la Tauromaquia. Los tres espadas le brindaron un toro. Las ovaciones ante los brindis fueron muy tibias. La mayoría del público que abarrotaba la plaza de Vista Alegre parecía ignorar quien es Santiago Martín El Viti y lo que ha significado en el toreo. La incultura taurina del público de toros de ahora es enorme y resulta tristísima. Quien ignora el pasado no puede construir el futuro.
También me llamó la atención que apenas hubiera protestas ante la mala presentación de la corrida de Victoriano del Río. Únicamente en el sexto se escucharon tibias protestas. Y fue más porque estaba inválido que por su mala presentación. A estas alturas el torismo del público de Bilbao está resultando un tópico. La mayoría del público bilbaíno va a aplaudir a los toreros. La presentación del ganado le rae sin cuidado. Solo una minoría pide el toro-toro, y ese toro-toro ayer brilló por su ausencia.
Los cuatro primeros toros fueron cuatro toretes dignos de cualquier plaza de segunda. El quinto era un novillito gordo, y el sexto un becerro del bombero torero. Impresentable. El que mucho abarca poco aprieta, dice el refrán, y parece claro que el Señor Victoriano del Río no tenía corridas de trapío para acudir en el mismo año a Madrid, Pamplona y Bilbao. Lo que debería hacer en ese caso es atender solamente aquél o aquellos compromisos para los que le den de sí los toros serios, y dejar para el año que viene los demás compromisos. Pero lo que no es de recibo es presentarse en Bilbao con una corrideja como la de ayer.
Y después de haber visto la gatada de Garcigrande en Valencia, hay que empezar a pensar que Enrique Ponce y El Juli han cogido gusto a estas corridas enclencles y anovilladas. Mal asunto. Siempre he defendido a estos dos toreros porque eran los únicos que iban a todas partes con corridas serias. Da la impresión de que están cambiando de actitud. Si así fuere, se lo voy a censurar. Lo de ayer fue lamentable, como fue lamentable que la Autoridad no se pusiera seria y desechara los dos últimos toros por lo menos.
La corrida de Victoriano tampoco fue un dechado de buen juego. A la mala presentación se añadió un juego manso y descastado. Colaboraron con el torero, si acaso, un par de astados. Pero con esa nobleza boba que está muy lejos de la bravura. He elogiado a Victoriano del Río en sus grandes campañas anteriores, pero este año el juego de sus toros ha dado un evidente bajón.
Tarjeta roja, pues, a casi todo el mundo: a la Autoridad por aprobar esta corrida; a Ponce y al Juli por apuntarse a ella; al ganadero por traerla, y al público por tolerarla.
A Enrique Ponce le correspondió en primer lugar un manso huidizo, y después un toro con mucho sentido. Dos toros de su especialidad: el manso y el peligroso. Hasta hace poco con esta clase de toros Ponce marcaba las distancias con el resto del escalafón. Mientras que el resto no era capaz de triunfar con estos toros, Ponce sí. Esto hacía de Ponce un torero imprescindible e intocable. Cuando los otros fracasaban ante toros con dificultades, Ponce triunfaba y brillaba como nunca. El manso y el difícil eran los toros con los que Ponce deslumbraba.
A su primero, el manso, lo probó en distintos terrenos, pero nunca se decidió de verdad a plantearle una faena seria y entregada. Con el cuarto se salió pinturero a los medios. Pero en cuanto el toro empezó a colarse, tiró por la calle de en medio.
El Juli se encontró en primer lugar con un toro noble pero soso. La faena fue de menos a más y las dos series últimas fueron muy buenas, comenzadas con la derecha, luego un cambio de manos y después un gran toreo con la izquierda, en el que destacaron dos naturales, uno en cada serie, auténticamente lentos, cadenciosos y de un dominio absoluto. Una muy buena faena en que poco a poco fue metiendo al toro en el canasto, hasta hacerlo embestir humillado y en rectitud. Faena meritoria en la que acabó toreando al ralentí. Lamentablemente El Juli está matando cada vez peor. Se perfila cada vez más lejos y cuartea más. Un pinchazo y una estocada defectuosa le privaron de una oreja. El quinto fue un novillete gordo con mucho genio que, en cuanto se encontró podido, se rajó. El Juli se dio con él un arrimón infructuoso.
A pesar de haber estado bien con su primer toro, y de que en su segundo se metió encima de él literalmente, sale sin un triunfo gordo de esta importante feria de Bilbao, primera de esta temporada en la que no ha triunfado.
Hay toreros sobrevalorados por la crítica y los aficionados, y hay otros a los que se los infravalora de manera injusta y cruel. Es el caso de Miguel Ángel Perera, un torero valiente que torea con mucho mando y muy por abajo y con una gran mano izquierda. Así lo demostró en la faena a su primer toro de ayer. El toro tenía su nobleza, pero poco celo y se salía con la cara por arriba. Perera pacientemente fue metiéndolo en el engaño, y el final fue espléndido, con una serie de naturales larguísima, con la muleta en el hocico, mucho temple y llevando al toro hasta el final. Imposible torear mejor con la zurda. Muy buena también la última serie, iniciada con una dosantina y después por derechazos. Faena que fue in crescendo y que culminó con un toreo magnífico e inmejorable con la zurda. Mató mal y perdió una y hasta las dos orejas. Una pena, pues a Pereara le hacía mucha falta un gran triunfo en una feria como la de Bilbao.
Al becerro lidiado en sexto lugar intentó mantenerlo en pie pues, a pesar de su nobleza, era muy blandito. Y en algún momento logró buenos muletazos. Pero nadie le hizo el menor caso. Normal: con ese becerro inválido era imposible que nadie lo tuviera en cuenta.
Y ya que estamos en día de enfado y ajustando cuentas, debo decir que la música en Bilbao ha bajado bastante de nivel. Otra de las señas características de nuestra palaza era lo bien que sonaba la música. Ahora parece sonar más flojo (debe haber menos músicos), y el repertorio deja mucho que desear. De los pasodobles clásicos y característicos de Bilbao, se hay pasado a unos pasodobles irreconocibles de tipo modernista y que me parecen muy malos. En más de media Feria que llevamos ya celebrada, no hemos oído ni una sola vez “Agüero”, que es como el himno de esta plaza de toros...
Mañana se reinicia la Feria de Bilbao. En los corrales un corridón de Alcurrucén, y otro corridón del Pilar para pasado mañana. A partir de mañana, pues, se va a recuperar el tono del toro y esperemos que lo pasado no se repita nunca. Sería lamentable que desapareciese uno de los últimos bastiones de seriedad que quedan.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Semana Grande de Bilbao: 24 de Agosto de 2011


DÍAS DE MUCHO, VÍSPERAS DE NADA
por Domingo Delgado de la Cámara

Lo digo con todos los respetos y sin ánimo de ofender: Jiménez Fortes no tenía ni preparación ni trayectoria para tomar la alternativa en las Corridas Generales de Bilbao. Su único aval a favor era una tarde en Madrid, en la que estuvo muy valiente. Pero tenía en contra que ha pasado varias veces por las plazas más importantes de primera y no ha cortado ninguna oreja. Y en Bilbao ni siquiera había toreado de novillero. Currículum, pues, muy pobre para una alternativa de tanto lujo. Ha demostrado, además, que su técnica es muy precaria y que todavía no está maduro para enfrentarse con los cuatreños.
Y tuvo mucha suerte, porque de la mansa y con genio corrida de Jandilla, Jiménez Fortes se llevó los dos únicos toros que se prestaron a colaborar. El primero fue muy bravo en el caballo y, aunque se salía con la cara algo alta, tenía mucha nobleza, sobre todo por el pitón izquierdo, por el que embestía con calidad. Y el sexto, sin llegar a ser tan bueno, era muy noble y, aun no teniendo fuerza, a media altura era un toro fácil.
Con los dos estuvo Jiménez Fortes en el mismo plan: citando muy en corto ahogando las embestidas y echándoselos muy al culo. Así el muletazo es muy curvo y hace que el toro se pare y proteste. Lo que debería haber hecho con los dos era haberlos dado sitio y muletazos más largos. No aprovechó el buen pitón izquierdo de su primero y, por empeñarse en bajar la mano al sexto, se le fue también sin torear. El público bilbaíno, que es encantador, muy amable y hospitalario, le hizo saludar tras sus dos actuaciones. Pero quedó claro que estaba muy verde para tomar la alternativa y que, quien lo impuso en las Corridas Generales, había metido la pata.
Como he dicho, en la corrida de Jandilla abundó el genio y la mansedumbre. Solo fue fácil el lote de Jiménez Fortes. Pero además la corrida de Jandilla no me gustó. Careció del trapío adecuado para Bilbao. Hubo tres toros cualesquiera para una plaza cualquiera, y otros tres que simplemente se taparon por la cara. No era una corrida de Bilbao, pues una de las señas de identidad de nuestra plaza ha sido el espléndido trapío de sus toros.
El Juli estuvo muy hábil con su primero, un toro que protestaba siempre y embestía rebrincado. Le sacó muchos muletazos limpios. Y su segundo era un inválido que se defendió y sacó genio y sentido. Poco había qué hacer.
En cuanto a Talavante hay que decir que estuvo desigual, como es habitual en él. Picó muy poco a sus toros, por lo que los dos llegaron a la muleta con mucha violencia. No se entendió con su primer toro al que hizo una faena fluctuante con muletazos de todas clases, alguno bueno y muchos malos. El toro tenía algo de genio, pero Talavante no fue capaz de cogerle la velocidad. Y el pitón izquierdo era muy malo, precisamente la mano fuerte de Talavante.
Pero en el quinto la labor de Talavante fue bastante meritoria. Hizo un gran esfuerzo con un toro muy complicado, que se quedaba muy corto y punteaba mucho por el pitón izquierdo, y que por el derecho tampoco era una maravilla. Pasaba sin clase y se paraba en el momento menos esperado. Talavante estuvo muy firme con él, e incluso sacó series ligadas y limpias. Hizo un esfuerzo y demostró que, además de ser un virtuoso con la zurda, poco a poco va siendo capaz meter en la muleta a toros complicados. Basta recordar su gran faena al toro de Parladé en la Feria de San Isidro.
La del quinto de ayer fue una faena que quizá no trascendió al público bilbaíno, pero Talavante estuvo muy macizo, muy sólido, con mucho valor y buen oficio. Por el pitón izquierdo, por donde el toro era muy complicado, robó muchos muletazos. Y por el derecho hubo hasta limpieza y ligazón...
Pero, como sabemos, Talavante es un auténtico desastre con la espada. Una estocada tendida y muy atravesada que no tuvo ninguna eficacia. Debería haber entrado a matar segunda vez, pero, como es un desastre con el acero, prefirió coger el verduguillo. El toro estaba con la cara alta y no se había entregado, por lo que a punto estuvo de oír los tres avisos. Se salvó por los pelos.
Este toro, todo un dechado de genio y mansedumbre, fue muy aplaudido en el arrastre. Y es que el público bilbaíno es encantador, pero entiende poco de toros. Le falta el último hervor... Pero, si entender de toros es la esquizofrenia del público madrileño o el partidismo del público sevillano, que en Bilbao sigan así, sin entender de toros.

martes, 23 de agosto de 2011

Semana Grande de Bilbao: 23 de Agosto de 2011

POR FIN HAN VISTO A MORANTE EN BILBAO
por Domingo Delgado de la Cámara


Ya sé por qué José Tomás no quiere torear los Núñez del Cuvillo: porque salen muy bravos y muy encastados. Un toro como el segundo de ayer puede dejarlo en evidencia y hundir todo el tinglado que tanto esfuerzo ha costado organizar. La ganadería de Núñez del Cuvillo se perfila como una de las más bravas y encastadas de la historia, y la corrida de ayer en Bilbao fue de chapeau. A los seis toros se los pudo torear, los seis embistieron muchísimo y derrocharon casta y bravura. Es difícil conseguir un conjunto de tan alta nota. De ese conjunto destaco al segundo de la tarde, número 180, “Forajido” de nombre, castaño y de 523 kilos. Uno de los toros más bravos que hemos visto lidiar en mucho tiempo.
Los toros de ayer fueron auténticos toros de lidia. Estos son los toros del futuro. Lamentablemente ganaderías como Miura, Pablo Romero, Conde de la Corte, Samuel Flores..., pertenecen ya al pasado. Son historia. El futuro es de Cuvillo, del Pilar, de Fuente Ymbro..., ganaderías que aportan a la fiesta toros bravos y encastados. Y cuando lidian una corrida como la de Cuvillo de ayer en Bilbao, cierran todas las bocas.
Corrida de gran presentación, destacando los toros colorados del festejo que, por cierto, algunos habían sido desechados por los veterinarios de Madrid. ¡Que Santa Lucía les conserve la vista!. Ya he señalado la bravura y casta del segundo, pero también hay que hablar de la nobleza del tercero y del cuarto, y del enorme temperamento del sexto. Toda la corrida fue un dechado de emoción que hizo que nadie perdiera ripio en todo el transcurso del festejo. ¡Enhorabuena al Señor Núñez del Cuvillo!.
La afición oficialista de Bilbao siempre había negado a Morante. Pero ayer salieron locos de contento. Por fin han visto a Morante en Bilbao, aunque la tarde de Morante de ayer no ha sido una de las mejores de su vida. Pero el tarro de las esencias se abrió lo suficiente para que todo el mundo quedase maravillado.
La faena de Morante al primero tuvo poca historia. El toro apretaba hacia los adentros y embestía algo rebrincado. Algún apunte de natural y poco más. Lo grande llegó en el cuarto, un toro manso en el caballo pero que, a pesar de su comportamiento abanto, metía muy bien la cara en los engaños. Empezó Morante con unos ayudados por bajo para sacar al toro a los medios, y el principio de la faena no fue de los mejores. Morante no veía claro al toro y hubo algún que otro enganchón. Pero la faena fue in crescendo hasta terminar de un modo glorioso. Faena de menos a más. Rara avis, porque normalmente las faenas son de más a menos. El final fue extraordinario. Cuando se echó la muleta a la izquierda dio una gran serie de naturales. Otra gran serie con la derecha, y los ayudados por alto al final fueron un auténtico cartel de toros que la plaza contempló puesta en pie. Estocada francamente buena y las dos orejas al bolsillo de Morante.
Cuando Morante está en vena, acaba con el lucero del alba. De la cuerda de los artistas, es el mejor artista que he visto. Mejor que Curro Romero y Rafael de Paula: tiene la misma inspiración que ellos y, además, el valor y la técnica suficientes para prodigar su misterio muchas más tardes que Curro o Paula. Morante es un compendio del toreo sevillano, y el final de la faena de ayer fue sensacional: esos naturales, esos derechazos y esos ayudados por alto quedarán en la retina de todos los buenos aficionados. Salió en hombros en olor de multitudes.
José Mari Manzanares tuvo la mala suerte de cruzarse con “Forajido”. Decía Belmonte que Dios te libre de un toro bravo. Cuando un toro repite tan incansable y con tanta raza como este “Forajido”, hay que ser muy valiente para aguantar el tirón. Este toro sacó a la superficie todas las carencias de Manzanares, que es un torero excelso con el toro pastueño, sobre todo con la mano derecha. Pero con el toro encastado su actuación suele dejar mucho que desear.
La primera parte de la faena basada en la mano derecha, fue muy rápida, muletazos en series muy cortas que parecían trallazos. Y cuando se echó la pañosa a la izquierda, echaba al toro excesivamente fuera, quitándole a veces la muleta de la cara. La zurda no es el fuerte de Manzanares. Es una de sus limitaciones. Intentó que la faena remontase con la mano derecha, pero ya no era posible. El toro, por su bravura, pedía metros ya que se arrancaba muy largo, pero José Mari Manzares se puso muy cerca del toro, muy fuera de cacho. Un intento de recibir fallido y una estocada recibiendo, dejaron la cosa en una tibia ovación.
También el quinto fue un toro de triunfo, sobre todo por el pitón izquierdo. La primera parte de la faena fue muy temblona, muy bailona. Manzanares solo se asentó cuando el toro se paró y dejó de repetir. Entonces sacó las dos series medianamente aceptables. Después de una estocada recibiendo muy trasera, cortó una oreja muy benévola. Una oreja a beneficio de inventario, producto del ambiente de apoteosis que Morante había dejado.
En resumen: Manzanares torea muy bien con la mano derecha al toro pastueño, pero con el encastado tiende a un toreo muy rápido y despegado. Con el capote prácticamente no se le ve, y con la izquierda baja muchos enteros. Hay que reconocer que al matar es tremendamente eficaz. Es un killer, pero no es un estoqueador depurado. No tiene ni la despaciosidad de Paco Camino y la limpieza de Rafael Ortega. Es una tromba que cae encima del toro. Matar con arte y depuración es otra cosa...
Sustituyendo a Leandro, cerraba la terna David Mora. La de ayer va a ser una tarde que va a hacer daño al torero madrileño que, tras sus recientes triunfos, llegaba a Bilbao con muy buen ambiente. Digo que le va a hacer daño porque cuando todo el mundo pone los ojos en una corrida y toda la afición te está viendo, hay que dejar muy buen sabor para que te vuelvan a repetir en carteles de esta altura.
David Mora puso toda la carne en el asador. Demostró que es un torero valiente, y demostró que tiene clase. Pero es muy bisoño y tiene una técnica precaria, lo que hizo imposible el triunfo. Lo mejor de su actuación, dos quites en los toros de Manzanares, los dos muy ceñidos y muy expuestos, uno por chicuelinas y otro por gaoneras.
Pero, a pesar de su entusiasmo, en las faenas de muleta de sus toros, David Mora no fue capaz de redondear nada por su escaso bagaje técnico. Su primero fue un toro muy noble, muy dulce, de mucha calidad. Pero no se le debía atacar mucho porque no le sobraba la fuerza. Una cosa buena: le dio mucho sitio. Y una cosa mala: le bajó la mano antes de tiempo, lo que hizo que el toro se parase muy pronto y se defendiese.
El sexto fue una prueba muy dura para tan joven torero. Encastadísimo, muy fiero, de una fiereza indomable. Se necesitaba una técnica muy pulida para poder con ese toro. Y, conforme se le fueron haciendo las cosas de manera inadecuada, el toro fue aprendiendo, y al final resultó muy difícil. Era para estar muy firme y con la muleta por delante. David Mora se colocó al hilo del pitón y con la muleta un tanto retrasada, dándole muchas bazas al toro. Lo que hizo que se le venciera en muchas ocasiones, que se quedara corto y que lo acabara cogiendo. A pesar de la cogida, siguió en la arena hasta matarlo.
Delante de este toro me hubiera gustado ver a casi todos los toreros del escalafón. Creo que solo dos hubieran salido airosos: Ponce y El Juli. Ninguno más.
Por último quiero decir que la cuadrilla de Manzanares estuvo tan soberbia como siempre. Y también que a muchos toros se los picó muy mal, al cuarto por ejemplo. Ya sabemos que ahora se está picando muy mal, pero lo de esta feria de Bilbao está pasando de castaño oscuro.
Me encantaba oír los comentarios de la gente a la salida de los toros. Todos los que se han pasado una década negando a Morante, iban diciendo al amiguete: “Ya te lo decía yo. Este Morante es un fenómeno”


lunes, 22 de agosto de 2011

Semana Grande de Bilbao: 22 de Agosto de 2011

CARTEL ISIDRIL
Domingo Delgado de la Cámara


La corrida de ayer de Bilbao parecía una corrida de San Isidro. Esto no es halago. Es una crítica. Era el típico cartel mediocre propio de la feria más larga y aburrida del mundo, cartel impropio de las Corridas Generales de Bilbao, donde siempre se ha tenido a gala anunciar los mejores carteles. Hasta hace poco el cartel del lunes siempre era una corrida de lujo. Pero ya llevamos unos años en que el cartel de este día flojea. Es una pena.
El año que viene se cumplen los cincuenta años de esta plaza de toros de Vista Alegre. Esperamos que la programación de las Corridas Generales del año que viene sea completamente redonda, a la altura de la efemérides. Es cierto que este año Ponce, El Juli y Manzanares vienen dos tardes, pero también es cierto que hay muchos toreros de relleno en el abono, compromisos de la Casa Chopera que no deberían estar incluidos en la Feria. ¿Por qué viene, por ejemplo, Matías Tejela?. Creo que por el “cambio de cromos” que por Leandro negocian los Chopera. Este tipo de amaños no debería consentirlos la Junta.
Así pues, el de ayer era un cartel muy mediocre. Y bastante público había: algo más de media plaza. Enfrente de tan mediocre cartel una corrida de Fuente Ymbro, que no fue de las mejores de esta ganadería, pero que tuvo al menos tres toros aprovechables, que no se aprovecharon.
Salió en primer lugar un toro con un gran pitón derecho, que cayó en manos de Diego Urdiales. Diego Urdiales conoce el oficio y sabe torear, pero su problema es el valor, cualidad de la que está muy escaso. Por eso no echa las muletas adelante ni baja la mano... Por eso los toros buenos se le escapan. Su toreo es más de acompañamiento que de mando, y el toreo de acompañamiento resulta al final pura bisutería. La auténtica joyería está en el toreo que manda en la embestida de los toros.
A este primer toro, que tenía un gran pitón derecho, Urdiales le dio un par de series airosas, más acompañando que mandando. La faena se terminó cuando se echó la muleta a la izquierda y sufrió una espectacular voltereta: por ese pitón el toro no era como por el derecho, y a partir de ahí se terminó la faena. El toro se puso complicado y Urdiales no estuvo dispuesto a sufrir otro volteretón.
Quedó en la plaza la sensación de toro malgastado, pues, mientras embistió, el toro fue sensacional por el pitón derecho. Aunque las series no estuvieron mal, carecieron de mando y hondura.
El cuarto fue un toro francamente difícil por su mansedumbre, cantada en los varilargueros, y por su aspereza. Daba muchísimos cabezazos mientras huía hacia las tablas. Urdiales estuvo mucho tiempo delante, pero en ningún momento lo sometió, así que no pudo con el toro. Diego Urdiales no termina de dar el paso adelante. A pesar de todo, en recuerdo a lo bien que estuvo con un Victorino hace dos años en esta plaza, el público lo trató con cariño.
Lo de Matías Tejela es ya un imposible. Es imposible torear bien cogiendo la muleta como si fuera un azadón. La muleta se coge con las yemas de los dedos, siendo así la prolongación de la mano. Si se coge la muleta como quien coge un azadón, la muñeca no tiene juego y el toreo sale burdo, rápido y sin mando. La tarde de Matías Tejela fue muy espesa. Su primero fue un toro sin calidad y que se salía por fuera, pero era toreable. La faena fue una sucesión de mantazos y muletazos rapidísimos.
El sexto fue un toro que me gustó mucho. Estoy seguro de que las fuerzas vivas del taurinismo dirán que tuvo genio y movilidad engañosa. Pero en mi opinión fue un toro muy bravo. Bravura que demostró en el caballo: el toro apretó de veras en dos puyazos muy traseros en que le dieron sin piedad. Y en el último tercio tuvo mucho temperamento. El toro no era fácil porque tenía casta, que exige hacer las cosas bien y no admite errores. Pero cuando iba tapado en la muleta, obedecía y embestía bien. Pero Tejela estuvo garrafal, siempre fuera de cacho, siempre con la muleta retrasada, siempre con la muleta a media altura. Precisamente lo que hace que el toro encastado se crezca y arrolle. La receta para este toro era exactamente la contraria: muy cruzado, la muleta muy por delante y sometiendo al toro por abajo. Tejela volvió a demostrar que es un torero prescindible.
Por capacidad y técnica, el mejor torero de la terna era César Jiménez. Pero lo vi muy mermado debido, sin duda, a la cornada de Málaga. Es cierto que tuvo un lote sin opciones: dos toros muy parados que se defendieron mucho. Pero César Jiménez no tuvo una tarde acertada. Lo mejor quizá fueron dos series a su paradísimo segundo, cuando echó la muleta al hocico del animal. El quinto tuvo más genio, derrotó más, y con él Jiménez estuvo precavido y desconfiado, francamente mal. Y con la espada pésimo: un bajonazo a su primero, y un pinchazo y verduguillo a su segundo.
La Feria de Bilbao es una Feria de gran categoría, pero a veces sorprende el candor del público y su ingenuidad taurina. La ovación que se dedicó al picador del sexto toro, después de haberle propinado dos puyazos traserísimos, fue incomprensible. No se puede picar peor a un toro tan bravo, y encima el picador agradeciendo los aplausos... Y tampoco estuvieron nada acertados los de a pie: malas lidias llenas de capotazos innecesarios. Nadie dijo ni pío. En otro sitio que yo me sé, los matadores, picadores y banderilleros de ayer hubieran oído más que palabras.

domingo, 21 de agosto de 2011

YA ESTAMOS EN BILBAO, Y LA COSA NO VA MUY BIEN...

SEMANA GRANDE DE BILBAO. 21 DE AGOSTO DE 2011:

BREVIARIO DE PODREDUMBRE

“Breviario de Podredumbre” es el título de un libro del filósofo rumano Emil Ciorán. En este libro se lleva la desesperación hasta la cumbre. Es el libro más negro y siniestro que quizá se haya escrito nunca. Le tomo prestado a Ciorán el título de tan patético libro para titular, a mi vez, este comentario de la corrida de ayer. Imposible lidiar una corrida más mala. Da la impresión de que la histórica ganadería de Miura está en las últimas. Parece haber llegado a sus últimos estertores. Y bien que lo lamento, porque los Miuras han sido un mito de la fiesta. Pero una corrida como la de ayer no tiene defensa posible.
Nos hemos pasado media vida defendiendo la variedad de encastes y contra el toro de Domecq, y luego nos salen corridas como la de ayer, que nos dejan completamente desarmados. El toro de Domecq se ha impuesto porque sale muchísimo mejor que el de las ganaderías llamadas toristas. Ayer tuvimos un patético ejemplo. Tengo la impresión de que, cuando las ganaderías tienen demasiada consanguinidad, se hunden irremisiblemente y para siempre
En primer lugar la corrida de Miura estaba mal presentada, con algunos toros muy chicos, como el primero, el cuarto y el quinto. Nada que ver con el volumen y el aparato que se gastan en esta ganadería. Pero lo peor no fue la presentación. Lo peor fue el pésimo juego de los astados: todos inválidos que lo único que hicieron fue defenderse de mala gana y con aire de morucho. Una corrida lamentable, de una tristeza infinita.
Y para que nada faltase, fueron devueltos dos, el segundo y el sexto. El segundo fue sustituido por un inválido de La Campana, y el sexto por un sobrero del Marqués de Domecq, tan malo como los titulares, sino peor. Un desastre... Y encima hubo que aguantar una tarde de bochorno, con varios aguaceros que nos dejaron empapados. Un horror.
Con semejante material bovino poco pudieron hacer los toreros. Padilla se encontró en primer lugar con un inválido probón con el que no se podía hacer mucho. En el cuarto lo intentó con más decisión, pero a los veinte o treinta pases, el toro se puso muy violento, empezó a dar cabezazos y ya la faena fue imposible. Un pinchazo, estocada corajuda y saludos desde el tercio.
Es cierto que a Rafaelillo los toros buenos se le van sin torear. Pero no es menos cierto que tiene la suficiente habilidad para navegar sin hundirse en corridas tan espantosas como la de ayer en Bilbao. Eso hace que se esté manteniendo a flote en el toreo, y cuando se programa un festejo de toros pregonados, hay que llamar al rubio torero de Murcia.
Su primero fue un inválido de La Campana que no se mantuvo en pie, y el quinto fue el único Miura que recordaba algo a lo que es un toro de Miura: muy listo, con mucho sentido y un viaje muy corto. A pesar de que lo había cogido feamente al inicio de la faena de muleta y le había propinado un puntazo, Rafaelillo fue capaz de buscar las cosquillas al toro y de robarle muletazos. Estuvo hábil, robó pases imposibles y se tiró a matar con entrega. La ovación y el saludo desde el tercio fueron merecidos y justificados.
Sustituía a Serafín Marín Raúl Velasco, un torero de Madrid que se ha hecho en la dureza de los pueblos de Guadalajara. Muchos lo desconocen, pero lleva años en la refriega más dura. En su confirmación de alternativa en Madrid hace quince días, estuvo muy bien. Lo de ayer era una oportunidad para él, pero la oportunidad acabó en fiasco porque le tocó un lote imposible.
En medio de un aguacero, tuvo que despachar a un toro de Miura inválido e incapaz de pasar. En sexto lugar le correspondió un sobrero del Marqués de Domecq muy parado, muy mirón, con muchísimo sentido y con violencia. Lo único que Raúl Velasco pudo hacer fue quitárselos de delante. Hay que anotar algún buen esbozo con el capote, como dos medias buenas verónicas en los quites en los que intervino.
Poca cosa más. Cuando se asiste a una corrida de miura como la de ayer, dan ganas de llorar.

martes, 2 de agosto de 2011

COLABORACIONES AMIGAS: LA ÚLTIMA DE AZPEITIA, POR JON ANDER ZANZ ZUBIRIA

TRIUNFAL DEBUT DE PEDRAZA DE YELTES
Tercera y última de feria de los San Ignacios de Azpeitia. Más de tres cuartos de plaza, tarde veraniega, con viento a ratos. Seis toros bien de presentación aunque desiguales, de Pedraza de Yeltes, que hacia su presentación con una corrida de toros. Todos buenos y con mucho motor, salvo el sexto, que fue complicado. Los mejores el segundo y el cuarto, el número 23, Sombreto, que fue premiado con la vuelta al ruedo. El quinto fue noble pero acabó rajándose. Leandro (verde hoja y oro), tres pinchazos, aviso y estocada. Ovación con saludos. Un pinchazo, metisaca, aviso y estocada caída. Vuelta al ruedo. Matías Tejela (azul marino y oro), un pinchazo, estocada, aviso y silencio. Un pinchazo, estocada caída y tendida, un aviso y silencio. Alberto Aguilar (blanco y plata), estocada, oreja. Cuatro pinchazos, aviso, pinchazo media trasera, silencio.
Debutaba ayer con corrida de toros la ganadería guipuzcoana (que pasta en Salamanca) Pedraza de Yeltes, propiedad de la familia Uranga. Y lo hizo triunfando por todo lo alto, con un toro, el cuarto, Sombreto, número 23, premiado con la vuelta al ruedo. Del resto de la corrida destacaron otros toros: el segundo y el tercero. Toda la corrida destacó por su motor y porque en su comportamiento fueron a más. Ganadería interesante la de Pedraza. No podrá volver el año que viene, pues no tiene corrida, pero que se ha ganado ya fama de buena ganadería entre los aficionados.
Leandro, es un torero de gran clase y lo demostró ayer en Azpeitia. A su primero lo toreó bien por ambos pitones en una faena elegante, pero mal rubricada con la espada, lo que le privó de pasear un trofeo. Con el cuarto, el toro de la vuelta al ruedo, estuvo francamente bien. Lo toreó con gran clase y hondura por ambos pitones, gustándose el vallisoletano, y gustando al público. Finalizó la faena con unas “sanjuaneras o sanjuaninas”. Tenía las dos orejas cortadas, pero una vez más el desacierto estoqueador le impidió cortarlas. Pero dio una merecida vuelta al ruedo.
Hay que decir que es un torero que se perfila demasiado lejos a la hora de entrar a matar, por lo que el factor sorpresa que se tiene que producir en el toro cuando se le echa la muleta al hocico, no se produce: desde que se echa la muleta a la cara del toro, tiene que dar un paso o paso y medio más, por lo que el toro le espera con la cara arriba. Esperemos que llegue a corregir este defecto.
Matías Tejela, dio la impresión de que venía a Azpeiti a pasar la tarde. A su primero, un buen toro, lo toreó desconfiado y a distancia, sin aprovechar la clase del toro. En el cuarto, un toro noble pero que amagó con rajarse, le costó confiarse, cosa que no hizo hasta mitad de faena. Pero, como el segundo, también se le fue sin torear.
Matías Tejela, era un torero de clase, que sorprendió en sus primeros pasos de matador de toros, pero ha malgastado tantos toros buenos en diferentes plazas, que debería de replantearse su futuro en la profesión.
Alberto Aguilar sorteó en tercer lugar un toro noble y bueno, pero algo justo de fuerzas, por lo que no le podía atacar. Planteó la faena dándole los muletazos de un en uno. Estuvo muy entregado y después de matar bien, cortó la única oreja de la tarde. Con el sexto, el peor del encierro salmantino, se mostró valiente y decidido, no pudo cortar otra posible oreja ya que, al entrar a matar, el toro le tapaba la salida.
Este año 2011 la apuesta del toro le salió muy bien a la comisión taurina. El camino está abierto para seguir por él. El público no se ha aburrido en ninguna corrida por el gran juego de los toros. Lo que habría que replantearse es la vuelta de algunos toreros que han defraudado en esta feria.

lunes, 1 de agosto de 2011

Colaboraciobes amigas: Segunda de Azpeitia, por Jon Ander Sanz Zubiría

PALHAS CON MUCHA MOVILIDAD

Segunda de la Feria de los San Ignacios de Azpeitia (Guipúzcoa). Casi lleno en tarde de sol y buena temperatura. Seis toros desigualmente presentados de Palha. Corrida dura en los caballos, aunque solo uno se dejó pegar con bravura. El cuarteoº fue manso; segundo y sexto, los mejores de la tarde. El Fundi (de nazareno y oro), pinchazo y media delantera. Silencio. Estocada desprendida. Oreja. Luis Bolívar (de verde botella y oro), estocada desprendida, oreja. Estocada de efecto fulminante. Ovación con saludos. Paco Ureña (de verde y oro), media desprendida, ovación con saludos y estocada, oreja.
Ayer se lidió en Azpeitia una corrida, desigualmente presentada pero que, en general, dio juego. La corrida se movió mucho, pero no siempre lo hizo con clase o con buenas ideas. El primero fue noble, pero quedaba corto y desarrollaba algo de sentido. El segundo fue bravo en la muleta y con mucha movilidad, aunque sin terminar de humillar. El cuarto manseó mucho en varas. El quinto también tuvo mucha movilidad pero esta vez aderezada con el genio. Tercero y sexto fueron nobles.
El Fundi es un torero con mucho oficio, y ayer lo demostró con sus dos oponentes. Con su primero estuvo en profesional, tapando y dominando a un toro que complicado y que desarrollaba sentido. Al manso cuarto consiguió mantenerlo en el centro del ruedo y, después de someterlo, logró buenos pasajes, sobre todo toreando con la derecha. Mató de una estocada desprendida y cortó una merecida oreja. A pesar de que este año está toreando poco, demostró que todavía es muy válido para este tipo de corridas, que mata con solvencia y es capaz de triunfar con ellas.
Luis Bolívar toreó en primer lugar un toro bravo que llegó a la muleta con una embestida muy brava, aunque sin terminar de humillar. El torero colombiano logró buenos muletazos con la derecha, el pitón por el que mejor se acopló, para finalizar su labor le instrumentó unas manoletinas y lo mató de una estocada desprendida y cortó una oreja. Pero el toro, con esa embestida mereció que se le hubieran cortado las dos.
Con el quinto, estuvo voluntarioso, y tiró de oficio para intentar doblegar el genio y la movilidad del toro, cosa que no logró en algunos momentos en los que fue desbordado.
Paco Ureña es un torero joven que ha toreado muy poco y, por ello, sorprendió su inclusión en una corrida como la de ayer. Sorteó dos toros nobles con los que se le vio nervioso, precipitado y sin oficio, pero queriendo agradar y con mucha disposición. Cortó una oreja (que debieron de ser dos) del buen sexto que, más que su faena, premió la disposición y las ganas con las que vino a Azpeitia. Esperemos que el año que viene vuelva con algo más de oficio, y pueda enseñar lo que apuntó ayer.
Y hoy termina la feria con una corrida de impresionante trapío de Pedraza de Yeltes, propiedad de ganaderos guipuzcoanos, que debutan con corrida de toros después de la buena novillada lidiada el pasado año en las Ventas. Esperemos que tengan mucha suerte.