viernes, 30 de septiembre de 2011

30 de Septiembre de 2011: Segundo Festejo de la Feria de Otoño de Madrid

OH TEMPORA!, OH MORES!


La corrida del Puerto de San Lorenzo estaba muy mal presentada. Una escalera con tres toros chiquitajos, impropios de la plaza de Madrid. Pero es que, además, su juego fue un asco: todo un muestrario de invalidez, mansedumbre y descastamiento. El sobrero de Los Bayones, lidiado en sexto lugar, fue exactamente igual: chico e inválido. Pero, dentro de este desastre, hubo una excepción, una grandiosa excepción: el cuarto de la tarde. “Pompito” se llamaba. Un toro serio y bien presentado, cumplidor con el caballo y extraordinario en la muleta. Con ese galope y esa alegría tan clásicos de los buenos lisardos. Un gran toro.
Le correspondió este toro al Cid. Hay un parteaguas en la carrera del Cid: los victorinos de Bilbao. Desde aquél entonces el Cid es otro torero. Ha depurado su estilo y torea mucho mejor con la derecha y con el capote. Pero ya no es capaz de cuajar aquellos faenones que lo hicieron famoso. Con el toro pastueño se arregla bien, pero con el toro repetidor se ve desbordado. El toro encastado y agresivo fue el que le encumbró, pero ahora a este tipo de toro no le aguanta el tirón, ni prodiga tanto el toreo con la izquierda. A “Pompito” lo toreó bien con el capote. Con la muleta una faena muy desigual: primero con la mano izquierda dio tres series en que hubo de todo: naturales buenos junto a otros rápidos y otros enganchados. No se decidió a bajar la mano ni a asentarse con un toro agresivo que repetía incansable. Después, dos series buenas con la diestra, sobre todo la primera, más vertical y ligada. Los remates del final no estuvieron mal.
Todo lo emborronó con un pinchazo y un bajonazo ignominioso. De haber matado bien, tal vez hubiera cortado una oreja, pero el toro era de dos. El otro del Cid era un inválido. Parece que al Cid se le ha acabado la gasolina. Lleva ya mucho tiempo con el depósito en la reserva. Con el cuarto toro de ayer hace años el Cid hubiera armado la marimorena. Y es que, como decía Cicerón, oh tempora, oh mores...
Sebastián Castella no se distingue precisamente ni por la técnica pulida ni por la clase. Lo suyo es el valor. Por eso necesita el toro agresivo para triunfar, pero ayer no hubo ninguna agresividad en su lote. Un torito parado y otro con tanta clase como poca fuerza. A ambos les dio mil muletazos maquinales y anodinos.
Miguel Ángel Perera no estuvo mal con su primero. Era un toro que metía bien la cara, pero que huía de su sombra. Es muy difícil retener a un toro así en el terreno que uno quiere. Cuando salen uno tan huídos como el tercero de ayer, las teorías de los manuales y las tauromaquias sirven para poco. No hay quien retenga a un toro así, y la lidia acaba siendo una persecución. Pero en medio de la persecución, Perera dio muchos muletazos de buena factura. Con el inválido de los Bayones no se anduvo por las ramas, e hizo bien.
Por último, un apunte que ilustra la tontorronería y la beatería taurina del público madrileño. Cuando el Boni cogió los palos, surgió un murmullo de expectación. Después puso dos pares sobaqueros francamente malos. Y es que con los palos en la mano el Boni no es precisamente Paco Honrubia. Pero como en la tele están diciendo que es buenísimo de la muerte, los chocholos madrileños se lo han creído. Mientras, sin alharacas Joselito Gutiérrez puso un extraordinario par de banderillas asomándose al balcón, y la gente ni se enteró... ¡Ojo con los neoaficionados! Una nueva plaga se nos viene encima.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Comienza la Feria de Otoño de Madrid. Primer festejo: una novillada

VÍCTOR BARRIO SALVÓ LA TARDE


Hasta que salió el sexto, la tarde estaba siendo de un sopor insoportable. La nula casta de los novillos de Gabriel Rojas hizo que el festejo fuera una apoteosis de aburrimiento. Pero el sexto sí fue bueno, y Víctor Barrio supo aprovecharlo. Así fue como salvó la tarde. Empezó la faena con un excelente toreo de rodillas. Las dos series siguientes con la diestra, fueron muy buenas. Y aunque la faena bajó de tono cuando cambió de terrenos al novillo y toreó con la mano izquierda, el segoviano había conseguido ya despertarnos de la siesta. Se tiró a matar con mucha entrega saliendo rebotado en la estocada. Cortó una oreja. Oreja que le viene como agua de Mayo, en un momento en que empezaba a estar demasiado visto y con el cartel en entredicho. Poco pudo hacer con su primero, un novillo muy violento y que embestía muy cruzado, pero es un novillero valiente y con buen estilo. Hay que seguir contando con él
Alberto Durán estuvo francamente bien, muy por encima de un lote muy deslucido, sin ninguna fuerza, sin ninguna raza. Este novillero tiene un exquisito sentido del temple. Todo lo hace despacio y con limpieza. En sus trasteos no hay ni siquiera un enganchón. Con capote y muleta toreó con total pulcritud, tanto al inválido y calamocheante segundo, como al soso quinto. Hay que volver a verlo, pero la próxima vez con novillos buenos, por favor.
La lidia del cuarto fue un auténtico despropósito. Francisco Montiel se fue a porta-gayola. En el segundo tercio el bregador Antonio Cama sufrió una terrible cogida. El cuerno astifino perforó el recto y su pronóstico es gravísimo. Desde aquí le deseamos un pronto restablecimiento. Y empezó el despropósito propiamente dicho. El novillo era al menos noble y pasaba largo. Los muletazos de la interminable faena de Montiel fueron muy rápidos y quitando la muleta de la cara. Le dejó una estocada corta muy trasera y por ello, ineficaz.
A pesar de que el novillo estaba con la cara muy alta, se empeñó inútilmente en descabellarlo, cuando lo indicado hubiera sido entrar a matar de nuevo. Pasó el tiempo, tres avisos y al corral. A cualquiera se le puede ir vivo un marrajo de intenciones asesinas. Pero no es de recibo que se vaya vivo un novillo tan corriente y moliente como el cuarto de ayer. Y todo por el miedo pánico a volver a entrar a matar.
Y, ojo, porque en el primero también deberían haber sonado los tres avisos, pero el Presidente, con buen criterio, se hizo el sueco. ¿Quién recomendó a este novillero para una novillada de la importancia de la de ayer? Y ¿a quien se le ocurrió traer una novillada de Gabriel Rojas? La nobleza del sexto no tapa el pésimo juego del conjunto del encierro. Se trata de una ganadería tocada y hundida desde hace años.
Por cierto, todos los novillos lucían crotales en las orejas. Horrible visión. Parecían la Vaca que Ríe, vulgares animales de abasto, y no nobles reses de lidia. Jamás me acostumbraré a los crotales, como tampoco me acostumbro a las fundas en los cuernos, que han roto para siempre la estética del toro en el campo. Serán muy prácticas, pero son feísimas.
No soporto a los toros con crotales ni con fundas, como tampoco soporto a los toreros que no llevan faja o que torean con el chaleco desabrochado. La fiesta tiene una liturgia y, si están incómodos, que se queden en su casa y no toreen. Cualquier día un torero imbécil se va a presentar en una plaza de toros enfundado en un chándal, y hasta habrá estúpidos que lo aplaudan diciendo que es muy moderno y confortable. Al tiempo.

domingo, 25 de septiembre de 2011

25 de Septiembre de 2011: La última corrida (por ahora) en Barcelona

CUMBRE AL NATURAL DE JOSÉ TOMÁS


Para celebrar la última corrida de toros en Barcelona (por el momento), se trajo una corrideja del Pilar totalmente impresentable. Los tres últimos toros eran tres toritos sin cuajo ni trapío para una plaza de primera. Pero los tres primeros eran tres novilletes indecorosos. Una corrideja impresentable, pues. Pero debido al especialísimo ambiente de la tarde, nadie la protestó. Era digno de ver a esos señorones que en Madrid lo protestan todo, callados como muertos y aplaudiendo a los becerros.
Y tampoco dieron gran juego los “novillos” del Pilar. En general les faltó raza y fuerza, con la excepción del segundo, que fue un gran “novillo”embistiendo mucho y bien. Y con él José Tomás rozó lo sublime. Sin duda lo mejor desde su reaparición. José Tomás, que salió impecablemente vestido de negro y oro, lo toreó a la verónica con mucha cadencia y suavidad. Alguna verónica por el pitón derecho y la media final fueron insuperables.
Y toreando con la mano izquierda llegó a la cumbre. Sin arrimones innecesarios ni enganchones inoportunos, con cadencia y ligazón. Un toreo extraordinario. Quizá el José Tomás actual sea menos puro que el de los primeros años. Pero lo que ha perdido en exposición lo ha ganado en solera y en expresión plástica.
No se puede torear mejor con la mano izquierda. Con los riñones encajados y jugando muy bien el brazo y la muñeca, los naturales fueron de auténtico cartel. Todos sin excepción. Y fueron muchísimos, porque hubo cuatro series a cual mejor. También extraordinarios los molinetes del final. Después de una estocada de entrega, dos orejas con petición de rabo. Hacía tiempo que no se le veía torear tan bien. Probablemente, desde un punto de vista estético, esta haya sido la vez que mejor le he visto torear.
El quinto no fue tan bueno. Protestaba continuamente, echaba la cara arriba y se quedaba corto. No se acopló José Tomás con la izquierda, pero sí con la derecha en una serie de buenos derechazos y algunos derechazos sueltos. Podría haber cortado una oreja si no hubiera fallado con el acero.
Serafín Marín recibió a su primero con un capote polícromo que llevaba escrita la palabra “libertad”. Se mostró muy nervioso y acelerado, seguramente porque era consciente de la magnitud del compromiso. El toro era noble, pero justo de fuerzas, y la faena fue muy embarullada, encimista y llena de enganchones.
El sexto, a pesar de su poca fuerza, tenía mucha nobleza, y con él Serafín estuvo mucho mejor. Le dio más sitio y ligó los muletazos con limpieza, sobre todo con la mano derecha. Tras una estocada yendo a por todas, se le concedieron las dos orejas. En otras circunstancias seguro que el premio hubiera parecido excesivo, pues la faena era de una oreja. Pero teniendo en cuenta las especialísimas circunstancias de la tarde de ayer, para él sobre todo por ser catalán, hicieron lógico el premio de las dos orejas. Su vuelta al ruedo, deshecho en lágrimas y envuelto en una señera, fue muy emocionante.
El primer espada de la terna era Juan Mora. Le tocó en primer lugar un becerro del Bombero Torero, el más indecoroso del encierro. Era mansito y embestía siempre con la cara alta, pero repetía y tenía nobleza. Las verónicas a pies juntos de Juan Mora fueron buenas, y el inicio de faena extraordinario: una combinación de trincherazos con la rodilla flexionada, trincherazos enhiesto, cambios de mano y pases de la firma. Una sinfonía, una auténtica belleza. Juan Mora tiene estas cosas: cuando hay que torear en redondo, sus faenas bajan; pero los inicios son deslumbrantes.
Luego la faena fue a menos. Las dos primeras series con la derecha no estuvieron mal, porque el toro repetía. Pero cuando se paró, le costó mucho ligar el toreo en redondo. A pesar de ello, alguna oreja podría haber cortado, si hubiera estado más fino con la espada.
El cuarto fue un inválido que en otras circunstancias hubiera sido devuelto. Pero se quedó en el ruedo y Juan Mora se dio un arrimón. Arrimón que casi nadie agradeció, porque los arrimones con los inválidos no conmueven a nadie. Sin haber cortado trofeos, Juan Mora salió por la Puerta Grande en unión de sus compañeros...
Y ahora es cuando empieza la guerra. Empieza la lucha: o ellos o nosotros. El asunto de los toros en Cataluña está incluido en un marco más amplio. Está dentro del órdago que la Generalitat echa al Estado Español y que se manifiesta en el Estatuto, en el asunto del catalán y del incumplimiento de las sentencias de los Tribunales sobre el castellano, y en otros desafíos políticos. Y este tema de los toros está en el mismo tour de force entre la Generalitat y el Estado. Los toros serán viables en Cataluña según quien venza este pulso.
Esperemos que el Partido Popular, con una gran mayoría en las próximas elecciones, sea capaz de imponer el orden blindando la Fiesta de los Toros en el Parlamento de la Nación que la haga intocable en todo el País. Y después, haciéndolo cumplir. Mariano Rajoy no debe olvidar que va a ser votado para que ponga orden en los asuntos candentes de la situación española, sí; pero también para afrontar los desafíos de Cataluña, sin olvidar que el monopolio de la fuerza la tiene únicamente el Estado. La soberanía reside en el Pueblo Español y no puede ser suplantada por las autoridades de una Autonomía.
Y, en el peor de los casos, habrá que llegar a la desobediencia civil: cuando las leyes y decisiones de la autoridad son injustas, van en contra de los derechos y libertades (como es el caso), no se está moralmente obligado a cumplirlas. Y así, si es necesario celebrar corridas en contra de esta ley injusta, pues habrá que hacerlo.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Sábado, 24 de Septiembre: el Día de la Merced en Barcelona

¡VIVA LA FIESTA NACIONAL!


Vaya por delante una declaración de intenciones: Yo he venido a Barcelona para ver las dos últimas corridas de la temporada 2011. No he venido para asistir al cierre de la Monumental, ya que espero que no llegue a suceder. Unos politicastros, ciegos de odio a España y a todo lo que representa, no pueden acabar con la tradición taurina de Barcelona, una tradición más que centenaria. Y si de vez en cuando se dan corridas como la de ayer, con la Fiesta no hay quien pueda. Así que espero que en los próximos meses las cosas cambien y se de un golpe de timón. No se puede consentir el atropello a su libertad que están sufriendo los aficionados catalanes. Como durante la corrida de ayer se gritaba en la plaza, Cataluña es taurina y esperamos que siga siéndolo...
Y vayamos a la corrida de ayer, sin duda la mejor del año y de muchísimos años. Los toros fueron de Núñez del Cuvillo, bien presentados. Tres y tres: tres toros buenos y tres no tan buenos. Cayeron equitativamente uno de cada en los tres lotes.
José Mari Manzanares se encontró en primer lugar con un toro muy manso y abanto que se rebotó de los caballos. Juan José Trujillo expuso mucho en dos pares de gran mérito. No es lo mismo clavar los palitroques a una babosa que a un toro que aprieta hacia los adentros. Trujillo expuso mucho, se asomó al balcón y clavó dos grandes pares. La faena comenzó con dos buenas series de Manzanares con la mano derecha, algo rápidas, pero hay que tener en cuenta que el toro embestía con todo.
Cuando Manzanares se echó la muleta a la mano izquierda, el toro el toro un atragantón y la faena se vino abajo. Quiso volver a la diestra, pero el toro ya no quiso embestir más. Se empeñó en matar recibiendo en toriles, y la estocada quedó muy defectuosa, contraria y tendida. Siempre digo que las estocadas recibiendo deben reservarse para los grandes toros, y no propinarlas a toros que no las merecen. Se devalúa una suerte muy bella y muy expuesta, por lo que el riesgo es excesivo. Las dos orejas que se le concedieron fueron a todas luces exageradas. Una hubiera estado bien.
Con su segundo Manzanares estuvo mucho mejor. El toro era un precioso colorao con mucha clase, pero con la fuerza justa. Con algo más de potencia, el toro hubiera sido excelente. Fue muy paciente Manzanares con él: no lo acosó, no lo atacó y le dio tiempo, midiendo mucho las alturas y los espacios. Basó la faena alternativamente en las dos manos. Destacó una grandiosa serie con la mano derecha llena de mando, de cadencia y de temple. Como Talavante es el rey de la mano izquierda, Manzanares lo es de la mano derecha.
La estocada recibiendo fue, esta vez sí, impecable, impresionante, irreprochable. Se viene diciendo que la suerte de matar carece de importancia. Pero no es verdad. La suerte de matar es la suerte suprema. La grandiosa estocada de Manzanares a su segundo lo demostró, y marcó la diferencia entre una oreja y las dos. Manzanares con la espada suele ser inapelable, lo que constituye uno de los secretos de sus triunfos y sus éxitos.
El Juli dio ayer una lección magistral. Una más, una de tantas. El Juli nunca decepciona. Seguramente hay toreros que torean más bonito, pero nadie con tanto poder y tanta autenticidad como El Juli. Su primero fue un buen toro, y fue exprimido cabalmente con series largas y mandonas, de muleta arrastrada y trazo amplio. Dos orejas indiscutidas. Pero lo de su segundo toro fue aun más importante.
Ese segundo toro del Juli, quinto de la tarde, tuvo mucho que torear. Un toro que se lo pensaba cuando metía la cara, y que se quedaba cortito y embestía violento. Un toro muy exigente que muy pocos serían capaces de cuajar. El Juli lo cuajó con su monumental valor y su perfecta técnica. Cuando el toro dudaba, el Juli aguantaba. Cuando el toro se lo pensaba, el Juli daba el toque preciso. Y así el toro siempre fue adelante, aunque no quería. La faena fue a más y el toreo con la zurda fue extraordinario.
Tras una estocada de mucha exposición porque el toro echó la cara arriba, el Presidente negó la segunda oreja. Absurda decisión pues la faena del Juli a su segundo fue mucho mejor que la que hizo a su primer toro, al que cortó las dos orejas. El Juli estuvo como es él: macizo, completo, absoluto. Es posible que se hable más de otros, pero quien manda en el toreo es Julián López, y desde hace años.
Con Morante de la Puebla hubo de todo. Le salió en primer lugar un toro de calidad y buen estilo al que no entendió. Faena muy espesa, sin cadencia ni ligazón. Y con el cuarto toro es la vez que peor he visto a Morante. Nunca lo había visto tan desbordado, tan mal. El toro era un manso muy abanto y tenía poder. Se le cambió el tercio con dos picotacitos, cuando habría que haberlo pegado en el caballo para poder torearlo después. Morante no lo hizo y luego lo lamentó.
En un quite por chicuelinas, muy movidas, se dio cuenta Morante de que el toro probaba mucho y se quedaba muy corto. La faena fue un auténtico descalzaperros, con un torero a la deriva totalmente desconfiado. Nunca había visto a Morante así. Siempre, aun siendo un artista genial, había tenido el oficio que le permite no verse aperreado por los toros. Ayer estuvo aperreado por este toro.
La bronca que escuchó tras finiquitarlo de mala manera, fue de las que hacen época. Hacía años que no veía una bronca tan seria en una plaza de toros. Pero con estos toreros artistas nunca se sabe. Las cañas se tornaron lanzas. En un quite al sexto de Manzanares brilló una media verónica de auténtico cartel y, después, pidió el sobrero...
El sobrero era un torito de Juan Pedro Domecq tan noble como justo de fuerzas. Lo toreó Morante de modo extraordinario con el capote, tanto en el recibo como en un gran quite. Brilló en todo su esplendor el toreo a la verónica.
El tercio de banderillas lo compartieron los tres diestros, aunque con más voluntad que acierto. Solo mereció la pena el par de Morante, cuya faena fue un compendio de inspiración. En otras manos más bruscas un toro tan noble y de tan poca raza se hubiera venido abajo. Pero Morante fue capaz de construir una preciosa faena que combinó admirablemente, tanto la profundidad del toreo al natural, como los adornos y el inspirado repertorio de Morante. Dio un afarolado con la derecha que pareció sacado de una página de “La Lidia”, como una foto de Rafael el Gallo. Bonitos molinetes y molinetes invertidos.
Después de una estocada corta, le fueron concedidas las dos orejas y aquello fue el acabose: toda la plaza se echó al ruedo para sacar en hombros a los toreros. No se trataba de la clásica apoteosis prefabricada en que unos costaleros, profesionales y pagados, sacan en hombros a los toreros ante la indiferencia del público. Era de verdad. La plaza entera se echó al ruedo a sacar en hombros a los triunfadores de la tarde...
Y mientras veía este espectáculo, yo pensaba: ¡Qué pena que la corrida no hubiera sido televisada! Hubiera sido un enorme favor para la Fiesta de los toros y para el toreo en Cataluña. Estas cosas deben ser vistas por Televisión. Pero no en la pequeña pantalla de un canal de pago, no. Me refiero a la pequeña pantalla de las grandes televisiones públicas al servicio de todos los ciudadanos. No se puede privar a los españoles de apoteosis como la de ayer en el grandioso espectáculo de una corrida de toros.
Pese a quien pese, duela a quien duela, la fiesta seguirá a pesar de los deseos de todos esos mezquinos enanos mentales que quieren acabar con ella. No podrán. Estoy seguro.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

A propósito del futuro Pliego de concesión de Las Ventas

En el mes de Febrero trasladé a Carlos Abella, Director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, el presente escrito. En el quise expresar unos principios inspiradores para el futuro pliego para las Ventas. Supongo que no me habrán hecho ni caso, pero ahora que están redactando el nuevo pliego, considero interesante debatir cual debe ser el futuro de la primera plaza de mundo. Aquí están mis ideas, que estaré encantado de discutir quien le interese el asunto. EL PLIEGO DE LAS VENTAS

Domingo Delgado de la Cámara

Amigo Carlos: Te presento aquí una lista de sugerencias que, en mi modesta opinión, deberían tenerse en cuanta al elaborar el próximo pliego de adjudicación de la Plaza Monumental de las Ventas. Es cierto que algunos aspectos exceden de lo que es estrictamente un pliego de adjudicación, pero era inevitable tratarlos por su importancia y trascendencia. Creo que todo lo que digo es bastante sensato y digno de ser debatido. Espero que resulte de tu interés.

1. EL MODELO DE GESTIÓN.

A muchos aficionados nos gustaría una experiencia autogestionaria del tipo de Pamplona o Bilbao. Sé muy bien que se trata de magnitudes diferentes: no es lo mismo la organización de una feria de una semana, que la organización de una temporada de ocho meses. Pero, aún así, sería interesante probar un modelo distinto del actual. Una autogestión con un gerente de reconocida competencia, cuyos beneficios económicos se destinasen a beneficencia. Expresado este deseo de muchos aficionados, hay que reconocer que el modelo de arriendo a una empresa profesional dio excelentes resultados en los tiempos de Manolo Chopera y José Luis Lozano. Y es obvio que los tiempos aconsejan austeridad en el gasto público, por lo que, de momento lo más prudente parece continuar con el arrendamiento a una empresa privada.

2. EL CONSEJO TAURINO

El consejo taurino debe cambiar completamente. En el deben figurar los representantes legítimos de los aficionados, y ejercer de órgano fiscalizador de la actuación de la empresa. Un contrapoder que limite el poder del empresario y defienda el interés del aficionado. Esta debe ser su función, y no ser la “clac” de la empresa gestora, como hasta ahora ha venido sucediendo. El consejo debe ser quien vigile el estricto cumplimiento del pliego y no quien justifique los desvaríos de la empresa.



3. EL CANON

El canon económico debe ser cerrado. Así se evitará la sospecha de la subasta encubierta. Sospecha quizás injustificada, pero que ha estado presente en las dos últimas concesiones del coso. En numerosas ocasiones los dirigentes de la Comunidad de Madrid han manifestado que la Plaza de Toros no supone un negocio para la Comunidad, y que lo que les preocupa es la calidad de los festejos en la primera plaza del mundo. Pues habría que demostrarlo alejando cualquier tufo mercantilista del pliego. Una cantidad económica cerrada (entre dos y tres millones de euros, que se me antoja suficiente para el mantenimiento del inmueble). El pliego debe incidir en la calidad de los festejos y no en el dinero a percibir. En las dos últimas concesiones se ha demostrado que, cuando la empresa paga una cantidad económica desorbitada, la calidad de los carteles baja en picado. La empresa se ve obligada a reducir gastos en toros y toreros. Esta es la razón última de los bochornosos carteles de los últimos sanisidros.

4. EL EMPRESARIO

Muchos han olvidado ya la horripilante gestión de José Luis Martín Berrocal en esta plaza de Madrid. En 1980 la plaza de Madrid cayó en el marasmo más triste y más cutre de su ya larga historia. Por fortuna, inmediatamente después Manolo Chopera hizo de San Isidro el negocio más rentable del mundo de los toros, y recuperó el prestigio de la plaza. Pero la malhadada experiencia de Berrocal nos enseña que la plaza no puede ser puesta en manos de aventureros. Para dirigir la plaza de Madrid se necesita una empresa de gran prestigio, mucha solvencia y amplio historial en la gestión eficaz de plazas de primera y segunda categoría. Se dirá que con este criterio se impide el acceso a las Ventas de empresarios jóvenes, ambiciosos y de ideas renovadoras. Pues que demuestren todo eso en las plazas de provincias y, después, cuando tengan currículum que liciten por Madrid. Pero no antes. La primera y más trascendente plaza del mundo no puede dejarse en manos inexpertas.


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5.- LA TEMPORADA

Madrid es plaza de temporada. Es la única plaza de temporada que queda. Y debe ser seguir siendo así. El festejo de cada domingo es innegociable. De San José al Pilar, todos los domingos. No me vale el argumento de que los domingos la gente no va a los toros. El argumento es falso: cuando se han ofrecido corridas interesantes hemos visto llenarse la plaza el domingo de Pascua o cualquier domingo de Julio. La solución no está en cerrar la plaza los domingos. Hay que incentivar los festejos de los domingos para que el público acuda. Por ejemplo, haciendo la adecuada publicidad, prácticamente inexistente ahora. Por su lado, el festejo de oportunidad, esa novillada con tres desconocidos, o esa corrida de toros con tres matadores modestos..., esta clase de festejo es absolutamente necesario. Porque Madrid es la única oportunidad que tienen los matadores modestos y los novilleros desconocidos para reivindicarse. Una vez desaparecidas las demás plazas de temporada, Madrid es la única plaza capaz de lanzar nuevas figuras y renovar el escalafón. Sí, es cierto que estos festejos dominicales son ahora mismo deficitarios. Pero su déficit se compensa con la espectaculares ganancias de San Isidro. Así que dejemos el festejo del domingo en su sitio.
Otra cosa: la actual empresa, muy ladinamente, ha suprimido en la práctica las corridas de toros de domingo, agrupándolas todas en torno a San Isidro. Y así ha dejado en el pozo a muchos matadores cuya única posibilidad de salvación estaba en torear en Madrid en verano. El próximo pliego debe especificar claramente que, fuera de feria, deberán celebrarse al menos quince corridas de toros. Y durante los domingos de Julio y Agosto deberá anunciarse obligatoriamente una corrida de toros. Las novilladas de verano, por su parte, deben volver a los viernes, día en el que acudía mucho público. Fueron trasladadas al domingo por los intereses de una conocida cadena televisiva.
En el cómputo total de la temporada deberá exigirse la celebración de 45 corridas de toros de a pie y 25 novilladas con picadores. Estas cifras eran las que manejaban los Hermanos Lozano y, con ellos la plaza fue muy rentable. El argumento de que como mejor está la plaza es cerrada a cal y canto, salvo en San Isidro, es de una estupidez conmovedora.

6. SAN ISIDRO Y FERIA DE OTOÑO

El estrambote de la Feria del Aniversario de estos últimos años fue producto de un error del pliego actual: reducir la Feria de San Isidro. Es muy cierto que esta reducción fue pedida por las organizaciones de aficionados, cansadas de sanisidros larguísimos y llenos de corridas mediocres. Pero luego hubo que inventar la Feria del Aniversario, pues quedó claro que en esa época del año la gente quiere toros y es capaz de llenar la plaza ¡durante un mes entero!
Por otro lado, si queremos que la empresa organice una temporada deficitaria de ocho meses, habrá que permitir que gane dinero en San Isidro. Por tanto, habría que dejar a la empresa organizar hasta 30 festejos seguidos en el abono de San Isidro, eliminando la absurda Feria del Aniversario...
Pero para que una feria que dura un mes sea interesante, es evidente que deben estar presentes todos los toreros de postín tres tardes (¿o cuatro tardes?). Las figuras piden un Potosí a la hora de torear en Madrid y, últimamente, la empresa de turno los contrata dos tardes nada más para que las cuentas no se descabalen. Porque teniendo en cuenta lo barato de las entradas en Madrid, cuando se anuncia a tres figuras juntas aún con el cartel de no hay billetes, se pierde muchísimo dinero. Lo que me sugiere otro asunto importante: lo barato de las entradas.
Los precios actuales hacen que La Monumental de las Ventas, aún siendo la más grande de España, recaude mucho menos que Pamplona, Bilbao o Sevilla. Y esto es un problema, porque Madrid está dejando de ser competitiva: los ganaderos prefieren lidiar sus mejores toros en Pamplona o Bilbao, plazas mucho menos problemáticas que Madrid y que, además, pagan mejor. Así que habría que afrontar el tema de los precios de las entradas de la plaza de Las Ventas.
Sé que se trata de un asunto tremendamente impopular. Una patata caliente que la Comunidad nunca se ha decidido a abordar. Pero la reforma de precios es necesaria para poder ofrecer lo mejor. Yo propondría dos sistemas: el primero consistiría en dejar el precio de las localidades de andanada, grada y sol tal cual está, para que todo el mundo que lo desee pueda ir a los toros sin excesivo quebranto económico. Pero homologar los precios de los tendidos de sombra con los de Sevilla o Bilbao. Quien quiera darse el pisto que lo pague.
El otro sistema sería volver al modus operandi de “ Nueva Plaza de Toros de Madrid S.A.”. Con Jardón las corridas de toros tenían hasta tres precios distintos, dependiendo de la categoría y cuantía económica del cartel. Cuando el cartel es verdaderamente interesante no creo que nadie ponga pegas en pagar un poco más.
Lo que está claro es que deben terminar los sanisidros de los últimos años, plagados de carteles sin interés, con las figuras jugando un papel poco menos que anecdótico y, lógicamente, de pésimos resultados. En San Isidro, la feria más trascendental del mundo, deben torear los mejores toreros con la mejores ganaderías y de modo repetido y abundante. Los toreros de segunda y tercera fila deben torear durante la temporada, no en la Feria. San Isidro debe ser la cita más lujosa de la temporada y no la sucesión de remiendos que ha venido siendo últimamente.
La Feria de Otoño me sabe a poco, se me queda corta. En ella caben perfectamente un par de festejos más. Y que todos sus festejos sean seguidos. Cuando la feria se ha celebrado durante dos fines de semana, ni ha habido ambiente de feria, ni nada de nada. También hay que cuidar a la “ hermana pequeña” que, por cierto, ya tiene un gran historial de triunfos, pues en otoño el ambiente es menos tenso que en San Isidro y el toro embiste mucho más.
Y hablando de cuidar: hay que cuidar todos los detalles que intervienen en la fiesta. Cuando uno va a los toros en Bilbao, se queda maravillado de la puesta en escena de la corrida. Por ello, debería exigirse que, al menos durante las dos ferias, la cartelería, las divisas, las banderillas, el tiro de arrastre, etc., etc., fueran de lujo. Madrid debe ser primera plaza del mundo en todo, hasta en los más mínimos detalles. Y la puesta en escena de la corrida en Madrid es bastante prosaica y vulgar. Asunto manifiestamente mejorable.

7. LAS GANADERÍAS

En este problemático momento, la Plaza de Madrid puede prestar un gran servicio a la Fiesta Nacional y al futuro de la cabaña brava. El pliego debe exigir la lidia de corridas y novilladas de los encastes minoritarios y marginados. Así podría evitarse su desaparición. Y puede que otras plazas siguieran el ejemplo. Madrid debe ser la plaza más amplia y universal. En ella, no sólo deben torear todos los toreros, sino también estar presentes todos los encastes de la cabaña
brava. En San Isidro la flor y nata de las ganaderías; el resto del año todas las demás. Además hay un ambiente propicio para ello. Hasta el sector radical se ha convencido de que lo importante es la casta y no los kilos. Y no creo que los veterinarios pongan pegas a la lidia de toros terciados de santacoloma o contreras, por ejemplo. Este cambio de actitud del sector radical va a ser tremendamente positivo.
Pero, además, estaría muy bien que ese sector radical entendiera de una vez que la intransigencia sistemática y el acoso sañudo a determinadas figuras, en vez de prestigiar nuestra plaza, lo que está haciendo es denigrarla. Y con esa actitud inquisitorial se hace muy difícil la contratación de las figuras... Pero, en fin, me parece que ese cambio de actitud, va a tardar mucho en llegar. Exigencia, sí; intransigencia, no. Perdón por la digresión. Lo que quiero decir en este epígrafe es que el pliego debe exigir la presencia durante la temporada de todos los encastes.
Y hablando de ganaderías, hay que hacer todo lo posible por reabrir el Batán, de tan grato recuerdo para todos los aficionados. Es una lástima que esta tradición tan madrileña se haya perdido. Sé que el inmueble pertenece al ayuntamiento, pero desde la Comunidad habría que exigir la reapertura inmediata.

8. LA ESCUELA DE TAUROMAQUIA

El pliego debe exigir una gran ayuda a la Escuela de Tauromaquia. Y la ayuda deber hacerse fundamentalmente organizando novilladas sin picadores, no clases prácticas. La clase práctica es una solución ahorrativa que nunca me ha gustado. No es lo mismo vestirse de luces para matar dos novillos ante un público pagano en una plaza de toros, que vestirse de corto para matar un añojo sin apenas público en la placilla de la Casa de Campo. Son necesarias más novilladas y menos clases prácticas. Novilladas en competición por los pueblos de la Comunidad y gran final en Las Ventas, por la tarde y con la plaza llena, no por la mañana con la plaza vacía como ha sucedido últimamente.
Por cierto, y ya que hablamos de la Escuela, es necesario un cambio de rumbo porque, desde hace mucho tiempo, no salen de ella toreros interesantes. La bajada de nivel del alumnado es muy llamativa. La Comunidad debería tomar cartas en el asunto, porque hasta hace poco la escuela de Madrid era la mejor y ahora es una más...

9. LA TELEVISIÓN
Cuando en 1992 se televisó por primera vez toda la Feria de San Isidro por Canal Plus, se hizo un gran bien a la fiesta. Todos los aficionados de España pudieron seguir el día a día de la feria y desde entonces, la Plaza de Madrid ha sido más popular que nunca. Pero no debemos conformarnos con la retransmisión de la feria por un canal de pago privado. Como hoy día la televisión es la ventana del mundo, se deben poner todas la facilidades posibles para transmitir en abierto y por las cadenas públicas, el mayor número posible de festejos. En otras palabras Telemadrid y Televisión Española (porque dentro de poco parece que va a cambiar la coyuntura política y querrá transmitir toros), deben tener preferencia a la hora de retransmitir festejos. El canal de pago tendrá que aceptar dicha preferencia. Por otro lado, la presencia del canal privado de pago es bienvenida, pero en ningún caso debe aceptarse la injerencia de este canal de pago en la programación de la temporada, como ha sucedido últimamente con el destierro de las corridas de toros de domingo de verano, sustituidas por novilladas que comienzan a horas desquiciadas por los intereses de programación de dicha cadena.
La cadena de pago nunca debe interferir en la programación de la temporada ni en la confección de los festejos, cosa que ha sucedido en bastantes ocasiones, y así debe constar claramente en el pliego.
Tampoco eventos como el tenis o conciertos, deben interferir en la temporada de la plaza más importante del mundo. La celebración en ella de otra clase de eventos, desde luego puede hacerse, pero siempre que no afecten a la organización y desarrollo de la temporada taurina, como ha ocurrido en alguna ocasión. Las Ventas en sobre todo y antes que nada una Plaza de toros.

10. LA AFICIÓN

La afición es quien se merece todo. Ella, con su entusiasmo y con su dinero, es la que mantiene todo este tinglado. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones se la maltrata y no se tiene en cuenta su opinión, cuando el trato hacia el aficionado debería ser exquisito.
Habría que crear una oficina de quejas, o de ruegos y preguntas, dónde puedan recogerse todas las sugerencias e inquietudes del aficionado. Muchas peticiones serán disparatadas o irrealizables, pero al menos, que conste en acta que el aficionado ha sido atendido y escuchado y, por supuesto, las opiniones ponderadas y sensatas sí habrán de tenerse en consideración por el Consejo. Ya he dicho en otro lugar que la afición debe estar representada en el Consejo.
Al abonado hay que tratarlo con suma delicadeza y no como a un esclavo que sólo tiene derecho a pagar. Y hablando de abonados y de abonos: ya va siendo hora de recuperar los miles de abonos que detentan los reventas. Todo el mundo sabe los nombres y apellidos de estos señores, y si nadie toma cartas en el asunto es por pura dejadez. ¿O hay intereses inconfesables para mantener a estos señores con sus abonos?. Y estos abonos recuperados deberían ponerse inmediatamente a la venta, para que, por fin, puedan tener abono muchísimas personas que sueñan con él desde hace años.
Con respecto a los abonados actuales, deberían tener preferencia para la adquisición de abonos vacantes, y deberían subsanarse los cientos de situaciones irregulares que existen: desde los que se cambian los abonos para poder estar junto a la esposa o el amigo, hasta el que disfruta de un abono desde hace años, pero que está a nombre de otra persona... Todas estas situaciones absurdas y molestas deberían ser resueltas fácilmente. La fidelidad de la clientela lo merece.
Y, por supuesto, ofrecer siempre los mejores carteles con los mejores toreros. Así el aficionado estará contento y pasará por taquilla con alegría y no con amargura y resignación, para no perder el abono. Además está demostrado que cuanto mayor categoría tengan los carteles, más posibilidades hay de que salgan las cosas bien. Una cosa que últimamente está haciendo la Comunidad muy bien es la divulgación cultural de la fiesta. Las exposiciones, las conferencias, el libro del 75 aniversario... Estas iniciativas gustan mucho al aficionado y dejan en muy buen lugar el nombre de la Fiesta. En esta labor también debería implicarse la empresa concesionaria.
Punto y final. Todas estas consideraciones las he hecho pensando
únicamente en el bien de la fiesta y de la Plaza de Madrid, plaza de la que a veces reniego, plaza donde muchas veces me desespero, pero donde llevo más de treinta años viendo toros y donde he pasado los momentos más emocionantes de mi vida. La llevo en el corazón y sus penas y glorias las siento como mías.

A MODO DE RESUMEN

1. EL MODELO DE GESTIÓN
En el próximo pliego gestión privada, pero con la vista puesta a medio plazo en una autogestión de carácter benéfico, con un gerente de reconocida competencia.
2. EL CONSEJO TAURINO
Compuesto por aficionados y no por políticos, con la misión de fiscalizar la actuación de la empresa y vigilar el cumplimiento del pliego.
3. EL CANON
Canon cerrado, entre dos y tres millones de euros.
4. EL EMPRESARIO
Con amplia experiencia en la gestión de plazas de primera, y segunda, con gran solvencia y respetabilidad en el mundo de los toros.
5. LA TEMPORADA
A lo largo de la temporada deberán celebrarse un total de 45 corridas de toros y 25 novilladas con picadores. Por lo menos 15 corridas de toros se organizarán fuera de feria. Festejo mayor todos los domingos de San José al Pilar y obligatoriamente corrida de toros los domingos de julio y agosto.
6. SAN ISIDRO Y FERIA DE OTOÑO
Supresión de la Feria del Aniversario. Hasta treinta festejos de abono en San Isidro y hasta seis en la Feria de Otoño. Cuidando al máximo la calidad de los carteles. Revisión de los precios de las entradas para hacer de Madrid una plaza competitiva.
7. LAS GANADERÍAS
Lidia a lo largo de la temporada de todos los encastes minoritarios y en peligro de desaparición. Reapertura inmediata de la Venta del Batán.
8. LA ESCUELA TAURINA
Celebración de muchas novilladas sin picadores, y no clases prácticas, en los pueblos de la Comunidad. Gran final en las Ventas.
9. LA TELEVISIÓN
Preferencia de las televisiones públicas a la hora de retransmitir festejos. No se admitirá la injerencia del canal privado de pago en la programación de la temporada ni en la confección de los carteles.
10. LA AFICIÓN
Creación de una oficina de atención al aficionado. Persecución eficaz de la reventa expropiándoles sus abonos. Y puesta en venta en taquilla de dichos abonos. Preferencia del abonado a la hora de acceder a abonos vacantes y solucionar situaciones irregulares.