jueves, 19 de mayo de 2011

La Feria de Valverde

LA FERIA DE VALVERDE

Feria de San Isidro, 19 de Mayo de 2011

Este año los taurinos no tendrán queja de los veterinarios y presidentes. Están dispuestos a convertir la feria de San Isidro en la Feria de Valverde, aprobando torejos birriosos y regalando orejas pedidas minoritariamente. La oreja concedida ayer al Cid fue de sonrojo. Si el Siete no la protestó, fue porque es amiguete. Tampoco protestó el Siete como debía a aquella cabra indecorosa lidiada en segundo lugar. Estarían cansados del trajín de anteayer.
La corrida del Puerto fue muy decepcionante, con una presentación muy justa y una fuerza muy escasa. Eso sí, el lote del Cid se vino arriba en el último tercio y se dejó torear divinamente. Fíjense si eran buenos y nobles sus toros, que el Cid se quedó quieto y hasta terminó confiándose con el cuarto. La faena al primero fue totalmente anodina por rapidilla y poco asentada. Y la del cuarto llevaba el mismo camino, pero después de haber dado cincuenta mantazos con la mano derecha, el Cid se dio cuenta de que el torito era un alma cándida de Dios. Entonces dio dos series buenas asentadas y templadas con la zurda. Y luego otra, ya algo más embarullada. Después de una estocada muy trasera y un golpe de verduguillo, con una petición minoritaria, el Presidente concedió una oreja. Un premio excesivo para dos series de naturales entre cincuenta mantazos con la derecha. A otro no le hubieran dado la oreja. O a lo mejor sí: este año estamos que lo tiramos...
Después del faenón de Talavante y de los síndromes de Sthendal que provoca Manzanares, con esas sus orgías estéticas, Perera sabía que tenía que hacer algo para no quedarse descolgado. Y salió decidido a hacerlo, a hacer algo grande. Sin suerte ni toros, estuvo muy bien. En primer lugar se vió con la cabra de marras que, a pesar de su aspecto impresentable, resultó de armas tomar. Mansa, saliéndose por fuera con la cara por las nubes y, lo que es peor, con reacciones imprevistas. De modo inesperado arrollaba llevándoselo todo por delante. Perera estuvo muy valiente, se quedó muy quieto y hasta logró sacar dos buenas series, una por cada pitón. Y sufrió una espeluznante cogida. No sé como salió ileso de tan horripilante agarrón. Hay que dar gracias a Dios de que solo le rompiese la ropa. Únicamente saludó desde el tercio, pero estuvo hecho un tío.
Con pantalones vaqueros salió a matar el sobrero de Carmen Segovia. Se mostró muy firme, pero poco se podía hacer. Con una embestida mirona y sin humillar, era francamente difícil.
El sobrero de Salvador Domecq fue un mulo con el que Daniel Luque no pudo hacer nada. Toreó muy bien con el capote al sexto, con muy buen juego de brazos. Este toro a la muleta llegó tan noble como blando y soso. Y, a pesar de que Luque lo llevó entre algodones para que no se rajara, el toro se rajó igualmente.
Me cuentan que la corrida de Garcigrande de hoy ha sido desechada en su totalidad. Teniendo en cuenta los chotos que se están aprobando, horripila pensar como serían los garcigrandes para mandarlos a todos a casa.

1 comentario:

  1. PERERA SE LA JUEGA SIN GLORIA: Salió la corrida del Puerto de San Lorenzo como hace años, blanda y descastada, ni con la tralla de la de Madrid del año pasado ni con la dureza de la de Bilbao. Además en presentación dejó mucho que desear, mostrándose por debajo del trapío habitual en este encaste. El Cid se las vio en primer lugar con un ejemplar tan noble como soso, un auténtico borrico. Con el cuarto, que pareció lesionarse en banderillas, estuvo cauteloso hasta que descubrió su gran nobleza, dándole dos series aceptables por el lado izquierdo. El Cid está ya sólo para este tipo de toros pastueños, en cuanto sacan carbón se ve desbordado. A Perera le tocó un lote para fumar en pipa. Le echaron para atrás el segundo y corrió turno, saliendole un animalejo cariavacado, manso, arrollando con peligro por dentro en cada muletazo, es decir, acostándose, y que le propinó una cogida espeluznante de la que afortunadamente salió ileso. El quinto fue un animal listo, siempre a la caza, pensándoselo y quedándose corto. Miguel Ángel no sólo no obtuvo premio, sino que fue recriminado por momentos cuando se la estaba jugando de verdad. A Daniel Luque le hace falta ya un buen conjuro, pues no se puede tener peor suerte en los sorteos. Al mulo tercero, un zambombo de Carmen Segovia de 600 kilos, hay que unirle un deslucidísimo sexto que sólo le dejó expresarse a la verónica, lance en el que demostró ser el mejor intérpetre de la actualidad tras Morante de la Puebla.

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