sábado, 9 de julio de 2011

Quinta corrida de la Feria del Toro: 9 de Julio de 2011

ME GUSTAN LOS DOLORES


Me gustan mucho los toros de Dolores Aguirre. La razón es que ponen en evidencia a los malos toreros. Y aunque la prensa adicta al taurineo ponga a parir la corrida de ayer en Pamplona, a mí me encantan estos toros. En primer lugar por su gran trapío, y después por su comportamiento, incluida la mansedumbre.
En el primer tercio ponen a prueba la pericia del picador con sus arreones y sus huidas. En el segundo tercio ponen a prueba la pericia del lidiador a la hora de evitar capotazos, y el valor de los banderilleros, ya que es un toro que embiste con todo, fuerte y con galopadas durísimas. Y para la muleta todas las tardes salen dos o tres Dolores de gran categoría. Toros que van de menos a mucho más, y que acaban embistiendo con una gran clase y profundidad.
Ayer vimos en Pamplona dos ejemplos: el tercero y el quinto. Dos ejemplares que, a pesar de su comportamiento abanto en los primeros tercios, en el último mostraron una gran calidad. Dos toros muy importantes que se fueron sin torear.
El resto de la corrida también tuvo su interés. El primero, aunque muy huido, se dejó torear en la querencia. El cuarto fue un toro que no humilló, pero que tuvo su nobleza. Y el segundo duró poco, pero no fue malo. Solo un toro fue verdaderamente complicado en el último tercio: el sexto, un toro muy listo que se metía por dentro y que mostró, además, una gran dureza. Así pues, una corrida muy interesante de Dolores Aguirre, con dos auténticos premios gordos.
Y de los toreros ¿qué?. Empecemos por el primero de la terna, Salvador Cortés. En su primer toro cometió el error de mover mucho al toro en el último tercio, con un constante cambio de terrenos. Debería haber dejado al toro que fuera a la querencia de tendido seis, y haber planteado allí la faena porque, como buen Atanasio, en la querencia embestía bien. Tan es así que, durante el escaso tiempo que toreó en la querencia, logró Cortés lo único lucido de su trasteo, con una buena serie de naturales.
El cuarto no tuvo gran clase y siempre embistió con la cara arriba, pero era muy noble. La lidia de Salvador Cortés fue muy deslabazada: una sucesión de muletazos sin el menor sabor ni acople. Y el metraje del trasteo fue larguísimo.
Alberto Aguilar en su primer toro se quedó bastante quieto mientras embistió. Pero cuando el toro se paró y hubo que echar la muleta al hocico, no se atrevió a hacerlo. Y en segundo lugar le tocó el excelente quinto de la tarde, de nombre “Argelón”. Un toro castaño de imponente presencia y de una calidad excepcional en el último tercio. Sobre todo cuando embestía por el pitón izquierdo, con una embestida alegre, pronta, templada y larga. Con este toro Aguilar demostró su mediocridad. En todos los muletazos mandaba al toro al Congo Belga y no hubo quietud ninguna.
Cuando a un torero se le va un toro de tan excelentes cualidades, es como para plantearse el futuro. Al principio de la temporada parecía que Alberto Aguilar iba a ser un buen recambio para las corridas duras. Pero transcurridos cuatro meses desde el inicio de la temporada parece haber dilapidado su crédito. El castaño de Cuadri en Madrid ya lo había puesto en evidencia, pues no pudo dominar a aquel toro exigente y duro. Y el de ayer de Dolores Aguirre lo puso en evidencia como artista. Cuando toros como este “Argelón” se van sin torear, no cabe disculpa alguna.
Joselillo es tratado como un héroe por las Peñas de Pamplona. Se le anuncia todos los años con la corrida de Dolores Aguirre, y en ediciones pasadas consiguió triunfos agónicos envueltos en un par de revolcones. Ayer le cayó en suerte otro gran toro: el tercero de la tarde, de nombre “Langosta”. Un toro que siempre fue a más y, a pesar de blandear algo en el inicio de faena, terminó embistiendo de un modo excelente. Y tuvo una característica que siempre apreciaron los toreros en los toros este encaste: su capacidad de terminar la faena mucho mejor la empezaron. Según se les van dando muletazos, van embistiendo cada vez mejor.
El toro, pues, fue muy bueno y Joselillo estuvo muy voluntarioso con él. Se quedó quieto y los muletazos fluyeron ligados, pero hay mucha rapidez en su trasteo y se retuerce demasiado cuando quiere componer la figura. Una buena estocada le otorgó una oreja, pero debe quedar claro que el toro era de dos y Joselillo estuvo por debajo del toro.
En sexto lugar se lidió el único toro verdaderamente complicado en la muleta. Un toro al que apenas se picó debido a su mansedumbre y a la impaciencia de Joselillo. Llegó a la muleta metiéndose mucho y con sentido, siempre buscando al torero. Empezó animoso Joselillo, pero la faena se desinfló debido a que era necesaria mucha técnica para encauzar una embestida tan dificultosa. La faena se fue deshilachando y Joselillo terminó a la deriva, desbordado y sin lograr dominar a tan exigente toro. Un pinchazo y una estocada..., y una exagerada petición de oreja que, con muy buen criterio, el Palco no atendió.
Joselillo hace lo que puede, pone mucho entusiasmo. Pero es obvio que es un torero estancado que no evoluciona. Bastantes veces lo hemos visto ya desaprovechar toros muy buenos.
Pero quienes estuvieron francamente mal toda la tarde fueron las cuadrillas. Completamente a la deriva ante las embestidas duras de los toros de Dolores. Hubo auténticos petardos en el segundo tercio y espantás que hacía tiempo que no se veían. Por eso no los quieren (se está más a gusto con la tonta que sale ya de los corrales medio muerta), pero a mí los Dolores me siguen encantando. Son toros con todo lo que conlleva la palabra toro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario