miércoles, 13 de julio de 2011

Novena de la Feria del Toro: 13 de Julio de 2011. Toros del Pilar

ABURRIMIENTO TOTAL

Si El Pilar lidió este año en Sevilla una de las mejores corridas de la temporada, ayer en Pamplona decepcionó con una corrida totalmente falta de casta y bravura. Una corrida francamente mala que deparó un aburrimiento que pesó como el plomo. Los días van pasando y en el cuerpo se van notando las comilonas, las copas, los trasnoches. Si a esto se añade una corrida tan plúmblea como la del Pilar, se comprenderá que todo el mundo estaba deseando que acabara de una vez tan anodino festejo. Y encima hacía frío...
El primer espada de la tarde era Manuel Jesús El Cid. Se encontró en primer lugar con un manso de solemnidad que se salió escupido y rebotado de sus tres encuentros con el caballo, y solo huía hacia la querencia. El Cid no supo muy bien cómo meterle mano y le costó un triunfo dejarle el acero. Una lidia desgraciada para El Cid que, además, fue prendido y revolcado por el toro. Y volvemos a lo de siempre: cuando sale un toro manso de solemnidad, ya nadie sabe cómo machetearlo y reducirlo, y todo acaba siendo la escenificación de la impotencia de un torero que no sabe por donde meter mano al buey.
El otro toro del Cid mostró muchísima clase en el capote, pero le dieron de lo lindo en el caballo, por lo que llegó a la muleta muy agotado. El Cid no echó nunca la muleta al hocico, ni se puso delante del toro una sola vez. La tarde del Cid, pues, fue una tarde completamente nula.
Tampoco El Fandi anduvo fino. Con las banderillas mejor en su primero que en su segundo, al que banderilleó a toro pasado totalmente. El lote fue muy rajado y venido a menos para la muleta. El Fandi estuvo correcto, pero también rápido e insípido.
Quien mejor estuvo ayer fue el más nuevo: Daniel Luque. Toreó con mucha limpieza a un tercer toro que no quería embestir, a pesar de lo cual fue capaz de llevarlo con suavidad y sin tropezar los engaños. Tras una estocada trasera, saludó desde el tercio.
Y también bien en el sexto, un manso con genio al que fue capaz de meter en la muleta y sacarle muchos muletazos limpios. Pero la faena tuvo un defecto fundamental: el empeño de alargarla innecesariamente, y querer terminar en plan ojedista muy cerca del toro, cuando el toro, debido a su genio, no admitía a nadie en sus cercanías. Pinchazo, estocada trasera , el toro que se echa y oreja que se esfuma.
Daniel Luque decepcionó a algunos porque, siendo aun muy nuevo, le echaron encima de los hombros una responsabilidad inasumible para un torero tan novel como él entonces. Pero poco a poco se va reponiendo y demostrando mucho oficio. Y demostrando también capacidad para estar por encima de toros tan deslucidos como los de ayer de Pamplona.
Hasta hace poco en Pamplona no había corridas aburridas porque, si no sucedía nada en el ruedo, siempre ocurría algo vistoso en los tendidos de sol. Pero las cosas están cambiando, ya no son así. Las Peñas se han vuelto monótonas y aburridas (lo que ha tenido un aspecto positivo: ya no se corean consignas políticas del todo impresentables). Pero las Peñas han perdido el ingenio que antaño tuvieron. Los peñistas son casi todos padres de familia, calvetes y con tripita, y ya no están para muchos trotes, para muchos saltos ni para muchas voces. Y hasta tal punto esto es así, que hasta se oyen los pasodobles de la Pamplonesa, que antes era imposible escuchar.
Poco a poco la plaza de Pamplona se va homologando con las demás plazas. En este momento no acierto a determinar si es bueno o es malo, pero cualquier observador imparcial de los Sanfermines estará de acuerdo conmigo en que las Peñas cada vez son más sosas y tienen menos ingenio y personalidad. Ahora se limitan simplemente a cantar un repertorio mil veces repetido que no sorprende a nadie.

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