sábado, 21 de mayo de 2011

La Corrida de Rejones del día 21 de Mayo de 2011

LOS URQUIJO Y EL REJONEO

San Isidro, 21 de Mayo de 2011

Hay que dejar de hablar de encaste Murube, pues de Murube también sale todo el encaste Parladé, con sus amplísimas ramas. Además, la viuda de Murube vendió la ganadería en 1917, y fue después, durante los años treinta, cuando aquél gran ganadero llamado Antonio Urquijo creó el prototipo del toro de este encaste. Ese toro siempre negro, de perfil acarnerado, astas hacia delante y hacia dentro, es obra de Urquijo. Como también lo es ese comportamiento muy noble, de gran clase y embestida templada. Antonio Urquijo fue un genio de la ganadería brava, y durante cuarenta años los toreros de más postín se disputaron sus toros.
Lo malo llegó cuando en los años setenta se empezó a exigir el toro con la edad cumplida y casi seiscientos kilos de peso. Entonces afloraron los defectos del encaste: la flojedad y la sosería. Afortunadamente su galope templado encantaba a los caballeros en plaza. Y así, gracias a las corridas de rejones, el encaste Urquijo se salvó. Hasta tal punto es esto cierto que, en estos tiempos de regresión y desaparición de muchos encastes, las ganaderías del encaste Urquijo se defienden bien gracias a que sus camadas son destinadas, casi en su totalidad, a las corridas de rejones. No es la mejor de las situaciones, desde luego, pero ya les gustaría a muchos ganaderos de encastes minoritarios tener la salida de este mercado para seguir manteniéndose.
Ayer vimos lidiar una corrida de la ganadería que en la actualidad mejor representa al encaste Urquijo: la del Niño de la Capea. En general no me gustó. La corrida adoleció de mansedumbre y poca casta. Pero hubo dos excepciones notables: la del nobilísimo sexto y la del extraordinario cuarto, un toro que galopó incansable, con esa clase que solo tienen los Urquijo.
Con este cuarto toro dio una pésima impresión Fermín Bohórquez, muy desacertado al clavar. Y con el primero, que dejaba estar, puso muy bien tres banderillas, clavando en el estribo. De todas maneras, la impresión general que causó Fermín no fue buena. Se le ve pasado y, además, con un estilo de rejonear ampliamente superado.
Y es que Pablo Hermoso ha marcado un antes y un después en la historia del rejoneo. Recuerdo como rejoneaban los Peralta en mi infancia. Por obra y gracia de Pablo Hermoso, aquellas carreras desbocadas y aquél circo, hoy son inconcebibles. Hermoso de Mendoza ha dignificado el rejoneo hasta tal punto que a la corrida de rejones nos estamos acercando los aficionados al toreo a pie de toda la vida, y el público español, poco a poco, va sabiendo de rejoneo. Ya no se aplaude todo, ahora se exige torear.
Con un lote mansísimo, Pablo estuvo sembrado, sobre todo con su primero, que tenía una marcadísima querencia a tablas. Pablo, a base de encelar al toro y de citar muy en corto, superó totalmente la querencia del toro, y lo toreó con gran temple y mucha torería. Primero con galopes de costado de “Chenel”, después con “Ícaro”, que se dobla con los toros como si fuera un acordeón. Para el quinto sacó a “Patanegra”, aquél caballo al que un toro sacó las tripas en Madrid, y estuvo torerísimo. El conocimiento de los terrenos y las querencias de Pablo Hermoso es espectacular, hasta el punto de que muchos no se dieron cuenta de la mansedumbre de sus dos toros. Y Hermoso, que suele ser tan eficaz con la hoja de peral, esta vez falló y perdió una oreja de cada toro.
En esa pugna que se ha establecido entre Hermoso y Ventura, muchos pueden pensar que el asalto de ayer en Las Ventas lo ganó Diego Ventura. Pero no: a pesar de haber matado mal y no haber cortado orejas, Pablo Hermoso estuvo magistral con dos mansos de libro.
A Diego Ventura se le ve más reposado y menos impulsivo que en temporadas anteriores. También estuvo muy bien: muy preciso y dejando llegar mucho al manso tercero, y templadísimo y torero con el nobilísimo sexto, clavando siempre en los medios y en el estribo. Dio un mentís a quienes dicen que no sabe torear despacio y con pureza. Una oreja del tercero y otra del sexto (que podían haber sido las dos si hubiera matado al primer intento), le abrieron la Puerta Grande.
Con todos los respetos para Branco Nuncio y Simao da Veiga, la auténtica Edad de Oro del rejoneo es la que se está viviendo estos últimos años: con Pablo Hermoso como principal protagonista y con los Urquijos de compañeros inseparables.

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