TRIUNFAL DEBUT DE PEDRAZA DE YELTES
Tercera y última de feria de los San Ignacios de Azpeitia. Más de tres cuartos de plaza, tarde veraniega, con viento a ratos. Seis toros bien de presentación aunque desiguales, de Pedraza de Yeltes, que hacia su presentación con una corrida de toros. Todos buenos y con mucho motor, salvo el sexto, que fue complicado. Los mejores el segundo y el cuarto, el número 23, Sombreto, que fue premiado con la vuelta al ruedo. El quinto fue noble pero acabó rajándose. Leandro (verde hoja y oro), tres pinchazos, aviso y estocada. Ovación con saludos. Un pinchazo, metisaca, aviso y estocada caída. Vuelta al ruedo. Matías Tejela (azul marino y oro), un pinchazo, estocada, aviso y silencio. Un pinchazo, estocada caída y tendida, un aviso y silencio. Alberto Aguilar (blanco y plata), estocada, oreja. Cuatro pinchazos, aviso, pinchazo media trasera, silencio.
Debutaba ayer con corrida de toros la ganadería guipuzcoana (que pasta en Salamanca) Pedraza de Yeltes, propiedad de la familia Uranga. Y lo hizo triunfando por todo lo alto, con un toro, el cuarto, Sombreto, número 23, premiado con la vuelta al ruedo. Del resto de la corrida destacaron otros toros: el segundo y el tercero. Toda la corrida destacó por su motor y porque en su comportamiento fueron a más. Ganadería interesante la de Pedraza. No podrá volver el año que viene, pues no tiene corrida, pero que se ha ganado ya fama de buena ganadería entre los aficionados.
Leandro, es un torero de gran clase y lo demostró ayer en Azpeitia. A su primero lo toreó bien por ambos pitones en una faena elegante, pero mal rubricada con la espada, lo que le privó de pasear un trofeo. Con el cuarto, el toro de la vuelta al ruedo, estuvo francamente bien. Lo toreó con gran clase y hondura por ambos pitones, gustándose el vallisoletano, y gustando al público. Finalizó la faena con unas “sanjuaneras o sanjuaninas”. Tenía las dos orejas cortadas, pero una vez más el desacierto estoqueador le impidió cortarlas. Pero dio una merecida vuelta al ruedo.
Hay que decir que es un torero que se perfila demasiado lejos a la hora de entrar a matar, por lo que el factor sorpresa que se tiene que producir en el toro cuando se le echa la muleta al hocico, no se produce: desde que se echa la muleta a la cara del toro, tiene que dar un paso o paso y medio más, por lo que el toro le espera con la cara arriba. Esperemos que llegue a corregir este defecto.
Matías Tejela, dio la impresión de que venía a Azpeiti a pasar la tarde. A su primero, un buen toro, lo toreó desconfiado y a distancia, sin aprovechar la clase del toro. En el cuarto, un toro noble pero que amagó con rajarse, le costó confiarse, cosa que no hizo hasta mitad de faena. Pero, como el segundo, también se le fue sin torear.
Matías Tejela, era un torero de clase, que sorprendió en sus primeros pasos de matador de toros, pero ha malgastado tantos toros buenos en diferentes plazas, que debería de replantearse su futuro en la profesión.
Alberto Aguilar sorteó en tercer lugar un toro noble y bueno, pero algo justo de fuerzas, por lo que no le podía atacar. Planteó la faena dándole los muletazos de un en uno. Estuvo muy entregado y después de matar bien, cortó la única oreja de la tarde. Con el sexto, el peor del encierro salmantino, se mostró valiente y decidido, no pudo cortar otra posible oreja ya que, al entrar a matar, el toro le tapaba la salida.
Este año 2011 la apuesta del toro le salió muy bien a la comisión taurina. El camino está abierto para seguir por él. El público no se ha aburrido en ninguna corrida por el gran juego de los toros. Lo que habría que replantearse es la vuelta de algunos toreros que han defraudado en esta feria.
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