martes, 7 de junio de 2011

¡VAYA VERANITO NOS ESPERA!

Primera del aniversario en Las Ventas. Martes, 7 de Junio de 2011

(He de pedir perdón a mis lectores: Cuando ayer publiqué este comentario, deslicé un error. En lugar de calificar de "intolerable" el comportamiento de las figuras con respecto a la Feria del Toro, quedó como tolerable, lo que desvirtuaba totalmente el sentido de la frase. Vuelvo a publicarlo debidamente corregido. Domingo Delgado de la Cámara)



Teniendo en cuenta que el cartel de ayer era de nulo interés, que empezaba la feria del Aniversario y el chantaje del abono cautivo no funcionaba; teniendo en cuenta, también, lo lluvioso e invernizo de la tarde, acudió muchísima gente a la corrida. Que se cubrieran hasta las dos terceras partes del aforo venteño para ver un festejo como el de ayer, tiene su mérito. El mérito es de los aficionados, naturalmente. A ver si el año que viene se dejan de experimentos y paparruchas, y eliminan esta absurda feria del Aniversario. Con 25 días buenos en San Isidro, la Feria de Otoño y una temporada dominical interesante, hay sufuciente. Lo demás son inventos y ganas de sacar chuletas del pescuezo.
La corrida de Los Bayones fue blanda, chica y de poco juego. Con una excepción: la del buen tercero, un toro bravo y de calidad. Tejela estuvo mucho más templado de lo que en él es habitual. Desde que se abrió de capa, hizo las cosas despacio y midió bien la faena, tanto en la duración de las series como en la duración total de la misma. Y sin embargo, se le fue el toro. Esta vez técnicamente estuvo bien, pero estéticamente no da más de sí. Es un problema de calidad. Con el toro de ayer Tejela reveló su techo, que es bastante bajo. Un toreo insípido y sin inspiración que se olvida en cuanto termina la corrida. Además lo mató muy mal: dos metisacas horrorosos y un bajonazo espantoso. Tan buen colaborador no se merecía una muerte tan draconiana.
El primero de la tarde embistió bien al capote y a la primera serie con la muleta. Después se paró completamente. Y Rafaelillo es un torero de rapidez y regates. Cuando se para un toro no sabe qué hacer, porque hay que esperar y tragar. “El miedo va a buscar”, dijo Belmonte hace ya muchos años. Y el segundo de la tarde embistió sin clase ni repetición. Por allí anduvo Urdiales intentando sacar algún muletazo con sabor. Y alguno sacó.
La segunda parte de la corrida no tuvo historia ninguna. Tanto el cuarto de los Bayones como los dos sobreros de Valdefresno fueron inválidos totales. No merece la pena el menor comentario al respecto. Así que cambiemos de tema.
Salvo los de Bilbao, ya se conocen los carteles de las principales ferias del verano, y son horrorosos. En Valencia solo se salva la corrida de Ponce, El Juli y Manzanares, único cartel rematado de todo el verano. Porque la gala de reaparición del astro de Galapagar es un asco: el divo con dos toreros baratos y no competitivos, de los que no hacen sombra.
Tomás Entero ha puesto Vitoria casi al nivel de una portátil. Y concretamente, el cartel de los Victorinos resulta vomitivo. Cartel que casi se repite en Santander, Feria que ha optado por una colección de corridas baratas, copadas por segundones y en la que no hay ni siquiera un cartel rematado... Aquellas ferias en las que todas las figuras repetían dos tardes y toreaban juntas, han pasado a la historia. La mentalidad del empresario actual es hacer caja con el chantaje del abono obligatorio, mientras se ofrecen carteles con los toreros del montón y las entradas a precio de jamón de pata negra.
Pero no pierdan ustedes de vista a las figuras, porque también son impresentables. Entre todos se están cargando la fiesta. El papelón que han hecho las figuras en Pamplona no tiene nombre. Resulta intolerable. Y en Pamplona el problema no es el dinero. Es el toro. No quieren ver un toro serio y en puntas ni en pintura.
La única figura que da la cara y asume sus responsabilidades y obligaciones, es el Juli, presente dos tardes en San Fermín. Las otras figuras, Ponce, José Tomás, Morante, Manzanares y Talavante..., han demostrado muy poca vergüenza torera. Tomamos buena nota. De ser yo la Casa de Misericordia, el año que viene anunciaría solo corridas durísimas. ¿De qué sirve anunciar ganaderías buenas si luego casi nadie está dispuesto a ir a torearlas?.
Esperemos que Bilbao anuncie unos carteles que rompan esta tendencia tan a la baja y nos hagan recobrar el optimismo. Porque... ¡vaya veranito que nos espera!

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