REPITAJOS PLUS
Manolo Molés es el amo del cotarro. El hombre más poderoso e influyente del periodismo taurino. No es, ni mucho menos Gregorio Corrochano, pero su posición al frente del canal de pago que viene televisando todas las ferias de postín, lo han convertido en un ser poderoso y omnipresente.
Es cierto que Canal Plus se ha hecho con el monopolio de las grandes ferias por el abandono y desinterés de las otras cadenas de televisión, que han despreciado el tema taurino, y han dejado en bandeja al Plus la explotación del negocio, lo que ha hecho que Molés tenga un poder casi absoluto en el mundo del toreo. Esto, a la larga, es malo, muy malo.
La posibilidad de poder presenciar todas las grandes ferias de la temporada sin moverse del sillón de casa, gusta mucho a los aficionados, que pagan encantados la suscripción al canal de pago. Pero lo de las veinticuatro horas de toros todos los días del año, está siendo un fiasco tremendo. El Canal Toros 24 horas no es más que un pozo negro de corridas mediocres, mil veces repetidas, y con escaso interés. Un canal temático no puede apoyarse casi única y exclusivamente en repeticiones, en repitajos que provocan ardor de estómago.
Calificar de corrida histórica un festejo malísimo, de cartel vulgar, resultados patéticos y que tuvo lugar hace tres o cuatro meses, resulta un auténtico sarcasmo. Es verdad que, además de los repitajos, se da algún que otro programa en torno a las ganaderías o los profesionales del mundo del toro... Pero con poca variedad: poca amplitud en la selección de los protagonistas, y menos en la selección de quienes los realizan, casi siempre los mismos. Muy poco brillantes, por cierto (sin ánimo de ofender).
Para ofrecer 24 horas de toros, son necesarios varios elementos que brillan por su ausencia en el Plus. Una programación continuada de 24 horas necesita un talento y una capacidad que ahora mismo los responsables del Plus no parecen tener. Primero hay que gastarse la pasta comprando cosas apetecibles, desde películas taurinas a las grandes faenas del pasado, como las que rodó Gan. Luego, no todos los programas pueden ser de producción propia. Ha de ficharse a gente sabia y solvente que haga programas interesantes y de altura intelectual, no esos debates baratos donde no se dicen más que tópicos.
Y volviendo al asunto de las corridas repetidas: una corrida puede repetirse una vez, la noche de autos, para que puedan verla quienes no pudieron verla en directo. Y se acabó. Solamente festejos excepcionales resisten más repeticiones completas. Repetir festejos malos es un calvario para el televidente. Y hay que seleccionar: cuando en una corrida de escaso interés hubo algún momento interesante o algún toro que mereció la pena, que se seleccione ese momento o ese toro, y se repitan solamente los momentos auténticamente buenos, no las corridas enteras que, perdida la emoción y la incertidumbre del momento, acaban siendo inaguantables.
Sea como sea, el Plus se ha convertido en el gran escaparate del mundo de los toros. Por eso sería muy importante la apertura. Abrir el canal a otras voces, otras ideas, otra visión de la fiesta. Sé bien que Molés jamás consentirá a nadie que le haga sombra o discrepe de él. Pero sería bueno que en esas veinticuatro horas hubiera programas de muchos clases, realizados por personas distintas y dispares, no siempre por los mismos. En este canal deberían tener cabida todas las formas de entender la fiesta, desde el torismo más radical al torerismo más acérrimo, pasando por las opiniones más prudentes y moderadas... Me encantaría oír voces contra la gran patronal taurina, muy culpable del desastre en el que se mueve la fiesta y a la que Molés no critica jamás. ¿Por qué será? En resumen pido pluralismo informativo y contraste de opiniones, cosas que ahora mismo también brillan por su ausencia.
Hablemos ahora de las corridas televisadas... ¡Qué buenas son las retransmisiones del Plus!, hemos oído decir muchas veces. Claro, si las comparamos con aquellas caóticas retransmisiones de Antena 3 o Telecinco en los años del desmadre de Jesulín, pues sí: las retransmisiones del Plus resultan buenas. Pero a mí no terminan de entusiasmarme, qué quieren que les diga.
La realización de Víctor Santamaría abusa de posar en exceso la cámara en el tendido. La cámara tiene que estar siempre con el toro, que es donde está la corrida. Muchas veces no muestra como sale el toro del caballo, si se sale suelto o lo sacan a punta de capote, detalle capital para evaluar la bravura del toro... Y, entre serie y serie, en lugar de mostrar el palmoteo del tendido, la cámara debería mostrar donde está colocado el toro, muy importante para calibrar la unidad de la faena.
El abuso del plano corto a veces resulta irritante. Será muy espectacular, pero cuando no se ven en el mismo plano toro y torero en su totalidad, es imposible evaluar la calidad del lance o el muletazo. Cuando me he quejado de la realización, me han dicho que se ha de buscar la espectacularidad para que guste al gran público... Pero ¿este no es un canal de pago que pagan los aficionados?
Y ¿qué decir de la verborrea de los comentaristas? Muchas veces son frecuentes las conversaciones privadas sobre sus cosas, que no interesan a nadie, y hablan poco de los sucesos del ruedo. Esa incapacidad para estarse callados acaba siendo estomagante. El comentario debería ser escueto y breve, que ilustre, si fuera necesario, sobre lo que pasa en la arena. La verborrea hablando de los últimos resultados del Real Madrid o del Sevilla, es improcedente.
Por cierto, cuando los comentarios son de calidad, siempre vienen de la voz de los exmatadores. Molés jamás se sale del tópico manido y de la visión más superficial y políticamente correcta de la fiesta. No estaría mal alternar a distintos comentaristas (por supuesto, con capacidad), y no tener siempre al mismo. Y ofrecer la posibilidad de poder ver la corrida sin comentarios, únicamente con el sonido ambiente de la plaza, como cuando estamos en el tendido.
Capítulo aparte merece el abuso de entrevistas. Entrevistas a los intervinientes en los momentos menos oportunos... Entrevistas a los invitados de ese palco que solo sirve para halagar la huera vanidad de un montón de figurantes y mindundis, que no tienen nada interesante qué decir. Señores, más sobriedad, menos verborrea y más objetividad en el juicio: no siempre el torero está de maravilla, ni toda la culpa es del toro... Generalmente es la revés. Normalmente, yo veo todas las grandes ferias en la plaza y en directo, así que apenas me había enfrentado a las retransmisiones del Plus. Ha sido últimamente cuando las estoy descubriendo. Y me he quedado de piedra.
La idea del Canal Toros es muy buena, pero o se cambian las maneras de hacer las cosas o se mata de aburrimiento a los cuatro aficionados que quedamos. Y quedamos cuatro, que a nadie se le olvide. A ver si ahora con el cambio, TVE empieza a retransmitir toros y se airea un poco esto. Y toros en abierto para que los vea todo el mundo. Pero ¿Molés-Plus va a dejarles algo interesante que televisar? Veremos...
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